Tras recibir a Felipe y Matilde de Bélgica en la que fue su primera visita como Reyes a Países Bajos, Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda viajaron a Rusia para realizar su primer viaje oficial desde la coronación del Rey de Holanda.
El Monarca y su consorte fueron recibidos en el Kremlin por el presidente de Rusia, Vladimir Putin, que les agasajó con una cena de gala en su honor. Allí, el Rey de Holanda instó a su homólogo ruso a que solucionaran sus problemas de forma amistosa.
Tensión diplomática entre Países Bajos y Rusia
Y es que pese a que los Reyes de Países Bajos han viajado a Rusia para celebrar los 400 años del establecimiento de relaciones entre ambos estados, este año dual se ha visto ensombrecido por un incidente diplomático.
La detención de una treintena de activistas que viajaban en un barco de Greepeace con bandera neerlandesa que intentaron subirse a una plataforma petrolífera del Ártico Ruso. Todos ellos fueron acusados de piratería, aunque finalmente han sido acusados de gamberrismo. El hecho de que Rusia no respete los derechos humanos, (principalmente por su acoso a los homosexuales), tampoco ha hecho bien a las relaciones entre ambos países.
Al día siguiente, Sus Majestades asistieron a la apertura de una mesa redonda de directores ejecutivos holandeses y rusos. Finalizado el encuentro, los Reyes visitaron la exposición 'Over Romance' en el Museo de Tretyakov, colección resultado del año dual entre ambas naciones.
Como broche final, los Reyes se desplazaron al Conservatorio Tchaikovsky de Moscú, donde presenciaron un concierto de la Orquesta Real Concertgebouw. Justo antes de entrar se produjo el momento más desagradable para los Reyes cuando activistas de un grupo opositor ruso les lanzó tomates, aunque no lograron acertar.