Era querida y respetada, además de profesional, por lo que sumado a ser hija del Rey de España, no le costó encontrar trabajo en la Unesco. La jugada maestra llegó en 1992, cuando se instaló en Barcelona para participar en la Organización de Campeonato Mundial de Vela Adaptada. Aunque su estancia era temporal, terminó quedándose en la ciudad condal, donde desempeñó su labor profesional en las oficinas de la Unesco allí situadas, hasta que en 1993 fichó por La Caixa, donde trabaja en la actualidad.
1.- Apartada de la agenda de Casa Real
Por un lado la misa por el centenario del nacimiento del Conde de Barcelona en junio de 2013, y en marzo de 2014, cuando viajó a Grecia para conmemorar el 50 aniversario de la muerte del Rey Pablo, padre de la Reina Sofía. Se le permitió también acudir en junio al funeral de Kardam de Bulgaria y en octubre al del Duque de Calabria, pero solo por motivos familiares. Con la proclamación de Felipe VI en junio de 2014, la Infanta Cristina dejó de formar parte de la Familia Real Española, con lo que sus exiguas posibilidades de regresar a la agenda oficial terminaron para siempre.
2.- Ignorada por el Rey Juan Carlos y los Reyes Felipe y Letizia
El Caso Urdangarín hizo saltar por los aires la buena relación entre Don Felipe, la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín. Cristina de Borbón siempre estuvo muy cerca de su hermano pequeño, que a su vez encontró en su cuñado a un buen amigo, con el que tenía una sintonía que nunca existió con Jaime de Marichalar. Aunque las relaciones con Doña Letizia tan solo fueron buenas al principio, al menos con el Rey sí eran satisfactorias. En esa línea fue el Rey Juan Carlos, que dejó prácticamente de hablar a su hija menor pese a lo mucho que le ayudó, tanto a ella como a su yerno.
Pese a que al principio la Familia Real fue un poco más tolerante tanto con Iñaki como con Cristina, finalmente se les cerraron las puertas de La Zarzuela. Es por eso que los Urdangarín de Borbón han manifestado que la familia les ha abandonado. Eso sí, tanto la Reina Sofía como la Infanta Elena y sus hijos se han convertido en los mejores apoyos para la denostada pareja, e incluso la Duquesa de Lugo ejerce como mediadora de unos y otros.
3.- Exilio eterno
La estancia de la hermana del actual Monarca en Barcelona terminó en 2009, cuando los Palma se instalaron en Washington. La razón de su traslado fue el fichaje de Urdangarín como delegado de Telefónica en Latinoamérica y Estados Unidos. Con gran pesar, pero haciéndolo por su marido, Cristina de Borbón dijo sí, hizo las maletas y pasó los siguientes 3 años en la capital de Estados Unidos, desde donde siguió trabajando para La Caixa.
De vuelta a Barcelona, su estancia en la ciudad condal que tanto amaba se hizo cuesta arriba, por lo que movió hilos, y en verano de 2013 se marchó a vivir a Ginebra con su marido y sus hijos. Allí vive desde entonces, sigue con su trabajo en La Caixa, además de volcarse como coordinadora de proyectos de dos de las fundaciones benéficas del Aga Khan, íntimo amigo del Rey Juan Carlos. Su existencia en Suiza es bastante apacible, mientras que en España está proscrita, por lo que parece que su exilio dorado va para largo.
4.- Rechazo social
El exilio en el que vive la Infanta Cristina sirve para mitigar el rechazo que prácticamente la totalidad de los españoles sienten hacia la Infanta Cristina y sobre todo hacia su marido. Nunca creyó que de pasar de ser una de las más queridas de la Familia Real, muy por encima de su hermana Elena, terminaría siendo denostada por todos los sectores de la sociedad en el país que un día representó. En la actualidad solo les apoyan la Reina Sofía, la Infanta Elena y sus hijos, primos como Cristina de Borbón Dos Sicilias y su marido, los Urdangarín en pleno y amigos muy íntimos como Vicky Fumadó, Marta Mas, Roberto Molina, Cristina Fernández, Rosario Nadal, Jordi Pujol-Xicoy, Cristina Castañer, David Barrufet o Fernando Barbeito, amigos que pase lo que pase siempre apoyarán tanto a la Infanta Cristina como a Iñaki Urdangarín. Del resto de los españoles poco pueden esperar.
5.- Retirada del nombre de la Rambla del Ducs de Palma
Palma de Mallorca era la ciudad de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín. El Rey Juan Carlos concedió a su hija el título de Duquesa de Palma por el especial apego de Cristina de Borbón a la ciudad. Así, al casarse, su marido se convirtió en Duque de Palma. Entre 1997 y 2011, los Duques de Palma llenaban de orgullo a muchos mallorquines que se sentían bien representados. Todo cambió con el estallido del Caso Nóos, que dejó a la titular del Ducado de Palma y a su consorte a la altura del betún.
Para rematar, el correo revelado por Diego Torres en el que Urdangarín se despedía de Carlos García Revenga como 'El duque em...Palma...do'. Fue la gota que colmó el vaso, por lo que el Ayuntamiento de Palma de Mallorca retiró el nombre de la rambla dels Ducs de Palma para volver a llamarse 'La Rambla'. Mallorca no ha vuelto a querer a la Infanta, y solo quieren verla por la isla para cumplir con la Justicia.
6.- El Rey Felipe quita el título de Duquesa de Palma a la Infanta Cristina
Justo antes de cumplir 50 años, la Infanta Cristina fue despojada de su título de Duquesa de Palma. Tal dignidad le fue otorgada por el Rey Juan Carlos con carácter vitalicio para usarlo ella y su consorte. Sin embargo, su compartamiento no ejemplar y su resistencia a renunciar a sus derechos sucesorios provocaron que Felipe VI hiciera lo único que podía hacer: despojar a su hermana y de rebote a su cuñado de llevar un título de la Corona.
Esta medida aplaudida pronto se vio enturbiada por la damnificada, que habría enviado una carta al Monarca fechada días atrás en la que manifestaba su voluntad de renunciar al título para no dañar a Palma de Mallorca. Comenzó así una guerra de versiones contrapuestas que no se pudo resolver, pero que tenía como eje común que la Infanta Cristina ya no podía ser Duquesa de Palma.
7- Retirada de la Medalla de Oro del Ayuntamiento de Barcelona
Después de cinco años residiendo de forma estable en la ciudad condal, el consistorio hizo entrega de su Medalla de Oro a la Infanta Cristina. Ella estaba orgullosa de vivir allí, y Barcelona sentía lo mismo por la entonces llamada 'La Nostra Infanta'. Tras cuatro años negros para la señora de Borbón en los que su nombre ha quedado a la altura del barro, el Ayuntamiento revocó este honor tras una propuesta de ERC que fue secundada por Barcelona en comú, PSC, CiU y la CUP, mientras que el PP y Ciutadans apostaron porque debía ir primero la presunción de inocencia. Lo cierto es que la Infanta Cristina recibió de nuevo un varapalo hacia su persona, uno más.
8.- La imputación definitiva
Aunque Cristina de Borbón no es el primer miembro de la Familia Real imputado (lo fue Iñaki Urdangarín), sí era la primera persona perteneciente a la Casa Real por nacimiento y no por matrimonio que tenía que ajustar cuentas con la Justicia. Parecía imposible, ya que la maquinaria del Estado se puso a funcionar para evitar que la Infanta Cristina cayera; sin embargo, la tenacidad del juez instructor del Caso Nóos, José Castro, se llevó por delante todo lo demás, por lo que en abril de 2013, imputó a la Infanta en contra del criterio del Fiscal Pedro Horrach, que no veía delito en sus actuaciones en Aizoon, empresa participada al cincuenta por ciento por el matrimonio.
La Infanta Cristina no podía creer lo que estaba ocurriendo, y luchó para verse liberada. Los recursos presentados lograron que la imputación de la entonces hija del Rey de España quedara en suspenso tras la resolución de la Audiencia de Palma en mayo de 2013. Podía respirar tranquila por el momento, aunque su imagen pública ya estaba destrozada. Su alegría duró hasta el final de la siguiente Navidad. el 7 de enero de 2014 el juez Castro le encausó por blanqueo de capitales y dos delitos fiscales.
La Infanta Cristina se vio en el trance de declarar ante la Justicia el 8 de febrero de ese mismo año en Mallorca. El 25 de junio de 2014, el magistrado anunció que mantenía la imputación. Al menos, el 7 de noviembre de ese mismo año la Audiencia de Palma le retiraba la imputación por blanqueo, pero le dejaba los dos delitos fiscales. Ya nada ni nadie le salvaría del bochorno de sentarse al menos un día en el banquillo de los acusados.
9.- Sentada en el banquillo de los acusados
La Infanta Cristina hizo historia para mal el 11 de enero de 2016 cuando tuvo que sentarse en el banquillo de los acusados Escuela Balear de Administración Pública de Palma de Mallorca. La imagen de la hermana del Rey sentada junto a los otros 17 imputados en el Caso Nóos (entre ellos su marido) con cara de circunstancias dio la vuelta al mundo.
Por el momento ha compartido banquillo un día, pues tras solucionar las cuestiones previas no volverán las sesiones hasta el 9 de febrero. Quizás entonces la Infanta Cristina no tenga que verse en ese trance una vez más si las juezas encargadas del caso le aplican la Doctrina Botín y archivan la causa, algo que han pedido no solo la defensa, sino también la Fiscalía y la Abogacía del Estado. Quizás algún día haya buenas noticias para Cristina de Borbón, la Infanta humillada que se cavó su propia fosa en la primera década del siglo XXI en el que nos encontramos.