La Familia Ducal de Luxemburgo es muy numerosa gracias a lo prolífico que ha sido el matrimonio del Gran Duque Enrique y la Gran Duquesa María Teresa, que son padres de cinco hijos y unos felices abuelos que no hacen más que ver cómo crece su prole.
Entre los cinco vástagos de los Grandes Duques destaca la cuarta, la Princesa Alexandra. Tiene tratamiento de Alteza Real y las dignidades de Princesa de Luxemburgo, Princesa de Nassau y Princesa de Borbón-Parma por ser hija del Gran Duque. De carácter discreto, pasa totalmente desapercibida debido a que ni es heredera ni está llamada a serlo, por lo que en una corte con poca atracción mediática como la de Luxemburgo, no todo el mundo conoce a esta joven princesa cuya vida se puede resumir en 5 puntos.
1.- Una mujer entre hombres
Los entonces Grandes Duques Herederos se convirtieron en padres por cuarta vez el 16 de febrero de 1991, fecha en la que María Teresa Mestre dio a luz en la maternidad Gran Duquesa Carlota de Luxemburgo. La pequeña vino al mundo dos días después de que sus padres celebraran su décimo aniversario de boda. Bautizada con los nombres de Alexandra Joséphine Teresa Charlotte Marie Wilhelmine, fue una gran alegría para la Familia Ducal, que con la sucesión asegurada con tres varones llegaba por fin la esperada niña.
Y es que la Princesa Alejandra era una niña rodeada de niños, pues los Grandes Duques Herederos habían tenido al Príncipe Guillermo en 1981, al Príncipe Félix en 1984 y al Príncipe Luis en 1986. El 16 de abril de 1992, María Teresa de Luxemburgo dio a luz por quinta vez, y nuevamente fue otro varón, el Príncipe Sebastián, por lo que Alejandra siguió siendo la única princesa de los Nassau-Weilburg y Borbón-Parma y Mestre. El hecho de ser la única chica nunca le ha supuesto un problema, y de hecho se lleva muy bien con todos sus hermanos, sobre todo con Sebastián, al que solo lleva 14 meses.
2.- Primera beneficiada por la igualdad en la Casa Ducal
El Gran Ducado de Luxemburgo prefería el varón a la mujer a la hora de heredar el Trono, como todavía ocurre en Mónaco y en España. Sin embargo, el Jefe del Estado quiso acabar con esta discriminación y estableció que el descendiente de mayor edad del Gran Duque sería el sucesor, independientemente de su sexo. La medida fue aplicada el 25 de julio de 2012, día de la Fiesta Nacional de Luxemburgo, y se hizo con vistas a la boda del Príncipe Heredero Guillermo con la belga Stéphanie de Lannoy, celebrada en octubre de 2012. La pareja heredera no había tenido descendencia entonces, pero en caso de haber sido padres de una niña, habría sido ella la heredera.
La decisión del Gran Duque tuvo carácter retroactivo, por lo que no afectó solo a la futura descendencia del Heredero, sino también a los vástagos de Enrique y María Teresa, es decir, a la Princesa Alejandra, que pasó a ocupar el tercer lugar en la línea de sucesión por delante de su hermano Sebastián y justo detrás del Príncipe Guillermo y el Príncipe Félix.
En el caso del Príncipe Luis, había tenido que renunciar a sus derechos sucesorios para casarse con Tessy Antony, con la que había tenido un hijo antes del matrimonio, motivo por el cual perdió sus aspiraciones al Trono, pero no dejó de formar parte de la Familia Real y conservó sus títulos y tratamiento. Además, en 2009 el Gran Duque dio dignidad real a los dos hijos de Luis, Gabriel y Noeh. Por ello, en aquel momento la Princesa Alexandra pasó a ocupar el cuarto lugar en la línea de sucesión, ya que justo antes que ella aparecía otra beneficiada de la reforma de Enrique I, la Princesa Amalia, hija mayor del Príncipe Félix y Claire Lademacher, de la que por cierto Alexandra es madrina.
3.- Una princesa políglota
Los miembros de las Familias Reales suelen hablar varios idiomas además del suyo propio. De sobra es conocido que la Reina Sofía se expresa en griego, inglés, alemán, francés y español, pero la Princesa Alejandra no le va a la zaga. La hija de los Grandes Duques de Luxemburgo habla perfectamente español porque es el idioma de su madre, la cubana María Teresa Mestre, que se encargó de que sus hijos aprendieran la lengua de Cervantes.
Además, la cuarta hija del Gran Duque Enrique I sabe luxemburgués y francés, que son las que se utilizan en el Gran Ducado. Por si fuera poco, domina el inglés y tiene conocimientos de alemán (muy usado en su país) e italiano. Decir políglota es en este caso es quedarse corto.
4.- Exiliada por decisión propia
Son varios los motivos por los que los miembros de las Casas Reales dejan sus países. Antaño, solía ser porque caía la Monarquía, y por tanto los royals debían irse corriendo si no querían acabar encarcelados o ajusticiados. Actualmente es más complicado que cambia el modelo de Estado, y si lo hace a buen seguro no se llevaría a las Familias Reales al extranjero.
Así, hoy día los príncipes y princesas se van fuera por estudios o por trabajo si no son los herederos, si bien es cierto que hay otras variables como el desamor, que fue lo que empujó a la Princesa Magdalena de Suecia a marcharse a Estados Unidos, o los comportamientos no ejemplares, como el de la Infanta Cristina, que vive en Ginebra y tiene pocas esperanzas de volver algún día a España a establecerse de forma habitual.La Princesa Alexandra se lanzó a estudiar Psicología y Ciencias Sociales, para después continuar sus estudios de Filosofía en la Universidad franciscana de Steubenville, en Ohio (Estados Unidos). Allí ha podido cursar su carrera alejada de la corte en un país en el que nadie sabe que es la hija de un Jefe de Estado de Europa, formándose para representar a Luxemburgo cuando se necesita de su presencia.
5.- Su boda y el honor de ser titular de la orden del León de Oro
La Princesa Alexandra tiene entre sus aficiones el tenis, la gimnasia rítmica, el esquí, el baile y el atletismo, algunas de ellos muy vinculados a la realeza. A estas aficiones se suman la literatura, su gran pasión. Poco más se sabía de una princesa que tenía muchas amistades, pero que todavía no había encontrado el amor. A Alexandra Nassau-Weilburg y Borbón-Parma no se le conocía novio hasta que se anunció su compromiso con Nicolas Bagory, con el que se casó en primavera de 2023.
Además, su padre cuenta con ella para representar a Luxemburgo, dándole un papel secundario pero importante. La Princesa Alexandra no se pierde las grandes ocasiones que se celebran en el Gran Ducado, y aunque el peso es para sus padres, su hermano mayor y su cuñada Stéphanie, tiene el honor de ser titular de la orden del León de Oro de la Casa de Nassau, privilegio que por cierto compartirá con Amalia de Holanda cuando esta llegue a la mayoría de edad el 7 de diciembre de 2021.