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Los Reyes de Suecia cumplen 40 años de matrimonio. El Rey Carlos XVI Gustavo y la Reina Silvia celebran las Bodas de Rubí, un acontecimiento con el que también se recuerdan las cuatro décadas de Silvia Sommerlath como Reina de Suecia. Su caso fue singular, ya que habitualmente los príncipes y princesas que acceden a la dignidad por matrimonio se casan con miembros de la realeza que esperan su acceso al Trono. Debido a la juventud con la que Carlos XVI Gustavo subió al Trono, cuando se desposó convirtió automáticamente a la alemana en Reina de Suecia.
A lo largo de estas cuatro décadas, la regia pareja ha vivido numerosos momentos buenos y muchos malos. Pese a todo, los ciudadanos suecos han respaldado a unos reyes a los que tienen especial aprecio, sobre todo hacia ella, una consorte muy popular que ha tenido que lidiar con un marido que le ha dado su título, su posición y a sus hijos, pero que también le ha hecho sufrir en demasía. Con motivo de estos 40 años de amor y desamor, repasamos cuatro momentos, etapas y acontecimientos que han marcado el longevo matrimonio de los Reyes de Suecia.
1 El noviazgo: del rechazo del abuelo a la boda con una plebeya
En 1972 se celebraron los Juegos Olímpicos de Munich, tristemente recordados por el secuestro y posterior asesinato de 11 miembros del equipo olímpico israelí a manos del grupo terrorista palestino Septiembre Negro. Para Carlos Gustavo Bernardotte y Silvia Sommerlath Soares de Toledo, esta competición significó el comienzo de su historia de amor. Silvia, que entonces tenía 28 años (nació en diciembre de 1943), trabajaba como azafata en Munich 72, mientras que el entonces Príncipe Heredero, visitó las instalaciones olímpicas. La pareja coincidió, se conoció y se enamoró profundamente. El príncipe se había enamorado de la plebeya, algo habitual en el siglo XXI, pero menos habitual en la encorsetada realeza europea de los años 70 del siglo XX. El abuelo de Carlos Gustavo, el anciano y querido Monarca Gustavo VI Adolfo, no quiso saber nada de esta hija de alemán y brasileña por cuyas venas no corría ni una gota de sangre real.
La pareja solo tuvo que esperar, como ocurrió con Harald y Sonia de Noruega, solo que en su caso no hizo falta demasiado. El 15 de septiembre de 1973 moría Gustavo VI Adolfo y le sucedía su nieto, que tomó la Corona con el nombre de Carlos XVI Gustavo. El joven Jefe del Estado tenía 27 años y estaba soltero. Hacía falta una reina, y él ya tenía una en mente. El noviazgo se prolongó hasta los albores de la primavera de 1976. El 12 de marzo de ese año, se anunció el compromiso. Cuando el Soberano presentó a su prometida comentó que al conocerla había sentido un click. El Rey estaba enamorado y sentaba la cabeza con una joven que pronto se ganó el corazón de los suecos.
El 7 de junio se celebraron las amonestaciones previas al enlace, y finalmente, el 19 de junio, Carlos XVI Gustavo convirtió a Silvia Sommerlath en su esposa y en Reina de Suecia. Pese a que los miembros más jóvenes de la dinastía han elegido la Capilla Real del Palacio de Estocolmo, el Rey dio el 'sí, quiero' en la Catedral de la ciudad, que por cierto se encuentra justo al lado. 1.200 personas vieron casar a una pareja feliz que fue aclamada y que se atrevió a darse un beso en la boca delante de todos. Eran modernos, eran felices y estaban profundamente enamorados.
Tras la boda recorrieron la capital escandinava por mar para saludar a la ciudadanía. El banquete tuvo lugar en el Palacio Real. Su luna de miel comenzó en Hawaii y finalizó en Solliden, residencia estival de la Familia Real. Como hogar escogieron el Palacio de Drottningholm, donde viven desde entonces.
2 Un palacio lleno de niños: los años felices
La mayor parte de las parejas que contraen matrimonio desean tener hijos, y los Reyes de Suecia no eran una excepción, teniendo además la obligación de tener descendencia que asegurase la dinastía. El 14 de julio de 1977 nació la Princesa Victoria, Duquesa de Västergötland y Heredera al Trono; el 13 de mayo de 1979 la Reina Silvia alumbró al Príncipe Carlos Felipe, Duque de Värmland, que apartó a su hermana y se convirtió en Heredero en base a las leyes que regían la sucesión a la Corona en Suecia en aquel momento. Con la descendencia asegurada con una mujer y un varón, Carlos Gustavo y Silvia quisieron redondear su felicidad con un tercer vástago. Así nació la Princesa Magdalena, Duquesa de Hälsingland y Gästrikland, que vino al mundo el 10 de junio de 1982.
Estos primeros años fueron muy felices para ambos, logrando gran estabilidad para la Corona, gran aceptación por su carisma y juventud, y sobre todo por la buena imagen que siempre dan los niños. Sin embargo, la cuestión sucesoria fue un tema de conflicto. Tras el nacimiento de la Princesa Victoria, el Parlamento de Suecia (Riksdagshuset) se puso a trabajar para eliminar la discriminación de la mujer en la sucesión al Trono. En 1980 fue aprobada la Ley que garantizaba la igualdad, momento en el que ya había nacido el Príncipe Carlos Felipe, que había despojado a Victoria su condición de Heredera. Carlos XVI Gustavo veía bien la reforma, pero estaba satisfecho con que le sucediera un varón. El Parlamento aprobó una enmienda para que tuviera carácter retroactivo y la Duquesa de Västergötland fuera quien sucediera a su padre llegado el momento.
El tiempo fue pasando, y la felicidad de los Bernardotte no hacía más que aumentar. Con los años, los tres hijos de los Reyes de Suecia crecieron, se hicieron mayores y tomaron caminos parecidos, ya que los dos mayores están consagrados a su condición de miembros de la Familia Real. Magdalena se ha alejado de sus obligaciones para centrarse en la Childhood Foundation, que creó la Reina Silvi,a y en su propia familia.3 Infidelidades y escándalos: los años tristes
Mientras sus tres hijos crecían, ellos también iban cumpliendo años, y su matrimonio, desgastándose a marchas forzadas. Quizás si hubieran sido ciudadanos normales se habrían separado, pero esa decisión nunca fue una opción para el Rey y la Reina, que por encima de ellos mismos han colocado a la Institución Monárquica. Ese click del que habló el Monarca se fue esfumando con el tiempo, y mientras ella sonreía, saludaba y mostraba lo feliz que era, Carlos XVI Gustavo se entregó al placer con otras mujeres.
En aquellos tiempos se pudo tapar. Pero la verdad solo tiene un camino, y este fue el libro 'Den motvillige monarken' ('El monarca reticente'), de Thomas Sjöberg. En él se habló abiertamente de la afición del Jefe del Estado por los locales de striptease. Se dijo también que tuvo como amante a la cantante Camilla Henemark, y se habló de que la Reina Silvia se había personado en algún club, y había ordenado que sacaran de allí a su marido.
Mientras ella sonreía, saludaba y se tragaba sus lágrimas, Carlos Gustavo de Suecia dio la cara y ofreció unas palabras en las que reconocía implícitamente que todo era cierto: "He leído algunos titulares que no han sido agradables, he hablado con mi familia y con la Reina. Pasamos página y miramos adelante, porque según tengo entendido, estos asuntos ocurrieron hace mucho tiempo". El escándalo costó que los suecos suspendieran a su Rey, e incluso se pidió que abdicara en favor de su hija Victoria, quien se había recuperado de su anorexia y caía bien a los ciudadanos.
Pero el escarnio público no llegó solo al Monarca, ya que su esposa también fue vapuleada públicamente por culpa de su familia. Otro libro, esta vez de Johan Asard, sacó a la luz el pasado nazi del padre de Silvia, Walter Sommerlath. El empresario alemán vivía en Brasil en 1934, país de su esposa, Alicia Soares de Toledo. Desde allí solicitó afiliarse el Partido Nazi, y finalmente lo consiguió. En 1938, los Sommerlath se instalaron en Alemania, donde Walter se quedó con una fábrica propiedad de un judío que se vio obligado a marcharse. El escándalo fue mayúsculo, y la Reina Silvia no se lo tomó nada bien, tanto que incluso encargó una investigación en la que descubrió que su padre había ayudado a un judío que trabajaba con él a escapar de la Alemania Nazi.
4 Las turbulentas relaciones de sus hijos y los esperados nietos
Tras superar infidelidades, escándalos familiares y otros problemas, los Reyes tuvieron que enfrentarse a la manifiesta anorexia de la Princesa Victoria. Quizás su matrimonio disperso y su enorme carga de trabajo, además de sus múltiples viajes, no les hizo darse cuenta antes de lo que ocurría en su hogar. Afortunadamente se curó, y mientras asumía plenamente sus obligaciones como Heredera al Trono, encontró el amor en su entrenador personal, Daniel Westling. Se enamoraron profundamente, pero los Reyes no dieron su visto bueno a la relación. Les costó 8 años y una ruptura de por medio, pero finalmente el 19 de junio de 2010, día del 34 aniversario de sus padres, Victoria de Suecia se casó con Daniel Westling y le convirtió en Príncipe de Suecia. La feliz pareja, todo un ejemplo y modelo a seguir, tiene dos hijos. La primogénita se llama Estela, es la segunda en la línea de sucesión al Trono y la nieta mayor de Carlos Gustavo y Silvia. La niña es simpática y tan adorable que ha conquistado a casi todos los suecos.Cuatro años después, concretamente el 2 de marzo de 2016, la pareja heredera dio la bienvenida a su segundo hijo, el Príncipe Oscar.
Mientras la heredera legalizaba su amor con el Príncipe Daniel, Carlos Felipe de Suecia daba un disgusto a sus padres y hermanas al abandonar a su novia de toda la vida, Emma Pernald, para caer en los brazos de Sofia Hellqvist, una joven de 25 años famosa por sus apariciones televisivas y posados con poca ropa. Fue repudiada por los ciudadanos y por la Familia Real Sueca al completo. Sin embargo, el paso del tiempo suavizó las relaciones con la excamarera, y finalmente se casaron el 13 de junio de 2015. El 19 de abril de 2016 nació su primer hijo, el Príncipe Alejandro. Este bebé, que vino al mundo 11 días antes del 70 cumpleaños de su abuelo, es ya su nieto favorito. El segundo, el Príncipe Gabriel, llegó el 31 de agosto de 2017.
Finalmente está Magdalena de Suecia, la más guapa, elegante y díscola. Conocida como la 'party princess' por su afición por las fiestas y la buena vida. Encontró el amor con Jonas Bergström, un abogado con el que empezó a salir en 2002 y con el que se prometió el 11 de agosto de 2009. La humillación fue enorme para ella, y por ende para sus padres, cuando el 24 de abril de 2010 se canceló el compromiso por una infidelidad de él.
Carlos Gustavo y Silvia de Suecia sufrieron amargamente con su hija y le dieron una salida para curar su pena: marcharse a Nueva York para trabajar en la sede que tiene allí la World Childhood Foundation, organización creada por la Reina Silvia para luchar por los derechos de los niños. Allí conoció a Chris O'Neill, un financiero millonario de origen británico con el que se casó el 8 de junio de 2013. Menos de 9 meses después, el 20 de febrero de 2014, nació en Nueva York la Princesa Leonor, primera hija del matrimonio. El 15 de junio de 2015, dos días después de la boda de sus tíos, los Duques de Värmland, vino al mundo el Príncipe Nicolás, segundo hijo de la Princesa Magdalena y Chris O'Neill. Así, tras mucho sufrimiento por sus hijos, los Reyes de Suecia llegan a los 40 años de matrimonio tranquilos y con una gran familia que no para de crecer.