La adoración que la gran mayoría del pueblo británico siente por la Monarquía y que ha vuelto a demostrar con motivo del Jubileo de la Reina Isabel y su estabilidad hará posible que algún día el Príncipe Guillermo se siente en el Trono Británico. La Corona pertenece actualmente a su abuela Isabel II, y algún día será de su padre, el Príncipe Carlos, que lleva toda su vida preparándose para un destino que en el futuro pertenecerá al Príncipe Guillermo, que acaba de cumplir 30 años en un momento en el que sus altos niveles de popularidad siguen inalterables.
El bebé, que fue bautizado el 4 de agosto de 1982 en el Palacio de Buckingham, recibió los nombres William Arthur Philip Louis y fue apadrinado por el Rey Constantino de Grecia, Alejandra de Kent, la duquesa de Westminster, Susan Hussey, Norton Knatchbull y Laurens van der Post. Su vida fue poco convencional, pues desde pequeño acompañó a los Príncipes de Gales en sus viajes por el mundo, pues la pareja heredera no quería alejarse de su pequeño. Además, recibió una educación más moderna y relajada debido a que el Príncipe Carlos no deseaba la rígida educación que él había tenido.
La tragedia de Guillermo y Enrique
La primera mitad de los años noventa no fueron fáciles, pero lo que siguió fue mucho peor. El mundo de Guillermo se derrumbó cuando le notificaron la muerte de su madre, que perdió la vida el 31 de agosto de 1997 en París. El Príncipe se encontraba de vacaciones en Balmoral junto a su hermano, su padre, el Duque de Edimburgo y la Reina, que tardó demasiado tiempo en reaccionar, lo que le costó una pérdida de popularidad que solo solventó con un discurso en el que alabó a su exnuera. El peor momento llegó el 6 de septiembre, cuando se celebró el funeral de Lady Di en la abadía de Westminster en el que tuvo que mantenerse fuerte junto a su hermano Enrique mientras la multitud aclamaba a los jóvenes príncipes y lloraban la muerte de la 'princesa del pueblo'. Si entonces Guillermo era querido, desde entonces lo fue mucho más.
Finalizados sus estudios se tomó un año sabático antes de ingresar en la Universidad escocesa de St. Andrews, donde a pesar de que quiso pasar desapercibido, su futura estancia provocó un aluvión de peticiones para poder estudiar junto a Guillermo, que antes de comenzar Historia del Arte viajó a Chile, donde realizó actos de voluntariado con los que intentó seguir el ejemplo de su madre, estuvo en Botsuana e incluso realizó un entrenamiento de diez semanas con el Ejército Británico en Belice. Cuando ingresó en St. Andrews intentó ser un universitario más y hacer las mismas cosas que los demás, aunque no pudo evitar sentirse defraudado por una carrera que finalmente abandonó por la de Geografía.
Kate Middleton, la mujer de su vida
Durante aquellos felices años conoció a una joven de su edad que también estudiaba en St. Andrews y con la que compartió piso junto a otros chicos, Kate Middleton, una chica guapa, sonriente y dispuesta de la que se enamoró perdidamente y con la que inició un largo noviazgo. Terminados sus estudios y con su noviazgo consolidado, Guillermo se decantó por la carrera militar y después de pasar las pruebas requeridas ingresó en la Real Academia de Sandhurst en enero de 2006, donde pasó casi un año de su vida. Nunca ha abandonado la vida militar y tras varios años sirviendo a su país en este ámbito, en mayo de 2012 se licenció como capitán de la Real Fuerza Aérea.
Mientras tanto, sus compromisos oficiales se multiplicaron como Heredero de un Príncipe Carlos que intentaba remontar su popularidad y que en 2005 consiguió casarse con el amor de su vida, Camilla Parker Bowles, a quien convirtió solo en Duquesa de Cornualles por respeto a la memoria de la madre de sus hijos. Cuando su vida estaba encarrilada llegó la catástrofe; era 2007 cuando el Príncipe pidió respeto para Kate Middleton, que se sintió acosada por la prensa e incluso presentó una queja formal. Su relación se enfrió y rompieron ese mismo año, aunque en julio asistió al concierto que organizaron Guillermo y Enrique en honor a su madre con motivo del décimo aniversario de su muerte, un acto en el que los hermanos Gales se mostraron cercanos y distendidos.
Superado el bache, la pareja retomó una relación que era bien vista por las dos familias y que contaba con el beneplácito de la Reina Isabel II, que después de ver cómo tres de sus hijos disolvían sus matrimonios esperaba una consorte duradera y carismática. El 16 de noviembre de 2010 Clarence House anunció el compromiso oficial del Príncipe Guillermo y Kate Middleton que se presentaron ante los medios, ella mostró el anillo de compromiso, el mismo que llevó Lady Di, y comentaron en televisión que la pedida había sido en Kenia.
El 29 de abril, Casas Reales de todo el mundo y cientos de ilustres invitados fueron testigos de la boda de los que serían desde ese momento Duques de Cambridge, que a sus 29 años sellaban así un amor surgido 8 años atrás. De este modo, el popular Príncipe Guillermo tenía ya una compañera oficial y perfecta para ejercer de consorte y en el futuro, de Reina de Inglaterra. Un año después, el Príncipe de cuento, alto, guapo, rubio, elegante, voluntarioso, generoso, desprendido y dueño de una sonrisa tímida cumple 30 años, las tres primeras décadas de una vida destinada a la grandeza.