Este miércoles 3 de agosto no fue un día cualquiera para la que está consideraba como la 'princesa' más bella de Europa, Carlota Casiraghi, y es que la hija de la Princesa Carolina ha cumplido 25 años, un cuarto de siglo de belleza, elegancia y glamour.
La trágica infancia de Carlota Casiraghi
Pese a nacer en el seno de la Familia Real Monegasca, la segunda nieta del Príncipe Soberano Rainiero III, fallecido en 2005, no goza de título ni tratamiento real; al ser hija de una Princesa, y debido a las leyes sálicas no le corresponde ostentar ninguna dignidad regia. Su infancia transcurrió feliz hasta que un brutal accidente náutico en una competición de off-shore acabó con la vida de su padre en 1990 cuando solo contaba con 30 años. Tras la desgracia, la Princesa Carolina, rota de dolor, se trasladó junto a sus pequeños hijos a la localidad francesa de Saint-Rémy-de-Provence, donde permanecieron hasta 1992.
1993 fue un año especial para la vida de Carlota y de su familia, pues el Papa Juan Pablo II firmó un decreto en el que se reconoció como legítimos a los tres hijos que Carolina de Mónaco había tenido con el fallecido Stefano Casiraghi, por lo que ya no podían estar excluidos de la sucesión al Trono de Mónaco, y es que el matrimonio de la Princesa y su segundo marido había sido por lo civil, no reconociendo la Iglesia Católica hasta este decreto la legitimidad de los tres niños.
Carlota Casiraghi, la luz de Mónaco
En cuanto a su vida personal se le conocen tres amores, el aristócrata austriaco Hubertus Herring Frankensdorf, el hijo de un abogado belga Félix Winckler y su actual pareja Alex Dellal, hijo de un acaudalado empresario británico de origen iraní y de una modelo brasileña. Es con este último con quien ha alcanzado la estabilidad y su relación está tan consolidada que le acompaña a actos oficiales en el Principado de Mónaco.
Pese a que Carlota Casiraghi no tiene título real, es sin duda la 'Princesa de Europa'. Su belleza no tiene límites, su elegancia es indiscutible, su saber estar, magnífico. Es una de las grandes damas europeas pese a su juventud, digna heredera de su madre, la Princesa Carolina, y de su abuela, Grace Kelly, quien antaño brilló en Hollywood. Así, con un cuarto de siglo, Carlota Casiraghi es la luz de Mónaco.