Cuando el grupo comenzó a sonar, llegó a decir: "Me vendrá bien que mi padre sea conocido. Estoy convencido de que nos escuchará más gente por el simple hecho de que soy hijo de quien soy". Pero al contrario de muchas opiniones, sus inicios fueron complicados: "Nosotros no teníamos dinero cuando empezamos, no hemos tenido ayuda de ningún tipo. Cuando la gente dice: 'los instrumentos esos los ha pagado con nuestro dinero', pienso: 'qué dices, qué me estás contando".
Nunca se ha avergonzado de su padre a pesar de todo, e incluso le dedicó una canción que decía en su letra: "Que me suelten al pato". Y añadió al respecto: "Él es el pato porque está pagando por los platos rotos y porque muchos están ya preparados con las escopetas para tirarlo abajo. Yo solo digo que a ver quién da primero ese tira y afloja".
La música, su refugio
Tiene una firme opinión sobre su padre, y a pesar de que siga preso, cree en él: "Lo que está claro es que cualquiera que haya escuchado a mi padre sabe que tiene más credibilidad que algunos cargos del Gobierno". Fue esta época cuando su inspiración fue creciendo y se refugió en la música para salir adelante: "Yo empecé a hacer canciones en los momentos malos. Antes hacía solo cuando me inspiraba. Sí, las mejores canciones son las tristes. Cuando llegaba a casa por las noches me tiraba horas componiendo para no pensar en la situación de mi viejo".