Madonna ha dado la cara después de su actuación en el Teatro Olympia de París en el que se retiró a los 45 minutos de aparecer. Esta actitud enfadó a los asistentes, que habían pagado entre 80 y 280 euros por ver a la reina del pop en el escenario.
"Actuar en el Olympia fue un momento mágico para mí y fue un regalo hacer este show especial para mis fans y poder estar tan cerca de ellos. Desafortunadamente al final del show - después de que yo dejara el escenario - unos brutos que no eran mis fans tomaron el escenario y lanzaron botellas de plástico haciendo creer que eran mis fans. Las noticias se han centrado en esto y no en el aspecto alegre de la velada. Pero nada puede borrar o arruinar este evento especial tanto para mí como para mis fans. Cuando miraba al público, todo aquel que vi tenía una sonrisa en su rostro. Espero poder repetir esta experiencia de nuevo".
Ella guarda un buen recuerdo de su actuación
Con este comunicado quiere expresar lo especial que fue para ella este concierto que ella misma añadió a su lista en la gira para agradecer el cariño a sus fans y rendir homenaje a la historia de Francia. En su defensa también cabe añadir que las actuaciones en pequeños teatros exclusivas para un grupo reducido de gente nunca han superado los tres cuartos de hora.