Diciembre del 96 unió el destino de cinco caminos y un viejo pintor holandés. Así comienza la canción Tulipán con la que Amaia Montero quiso rendir homenaje en su primer disco, 'Amaia Montero', a los que durante casi diez años fueron sus compañeros de vida y profesión, los integrantes de La Oreja de Van Gogh. Fue en 2007 cuando el mundo del pop se revolucionó, al anunciarse que la voz del grupo, una de las más reconocidas del panorama musical español, había decidido comenzar una carrera en solitario y poner punto y final a su etapa en el que, en aquel momento, era uno de los grupos estrella de todas las radios nacionales e internacionales de habla hispana.
Desde entonces, los rumores y cotilleos sobre qué pasó realmente no han cesado. Además, que los protagonistas de este culebrón tampoco hayan querido nunca entrar a valorar la situación ni hacer excesivas declaraciones más allá de las que la cordialidad les obligaba, no ha ayudado a poner fin a todas estas conjeturas, hasta ahora. Una simple publicación del grupo donostiarra en su cuenta oficial de Instagram ha puesto al descubierto cómo fue el momento y qué sintieron cuando Amaia Montero les comunicó que se marchaba para empezar una nueva etapa y probar suerte con su propia música.
La Oreja de Van Gogh, una historia de amistad
Fue una simple tarde más, pero para ellos lo cambió todo. Amaia Montero les había comunicado su decisión de abandonar el grupo después de casi dos décadas de canciones, vivencias, conciertos, historias y, sobre todo, amistad. Tal y como ellos mismos han contado ahora después de doce años en su cuenta de Instagram, " fue como tirar del freno de mano a 200 km por hora ". Al final, la vida les había juntado y, para ellos, aquella noticia "fue como hacerse adulto de un día para otro".
Con la salida de Amaia Montero, llegaba el momento de determinar qué iba a pasar con aquel grupo de cuatro chicos a los que su vocalista había abandonado y se habían visto obligados a ser de nuevo Los Sin Nombre que entre 1994 y 1996 hacían covers de diversos cantantes por pura diversión. Pocos son los que saben de la existencia de este grupo previo al de La Oreja de Van Gogh que después formaron cuando conocieron a Amaia. En él, Pablo Benegas ya estaba al mando de la guitarra, Álvaro Fuentes en el bajo, Haritz Garde en la batería y Xabi San Martín en el teclado, siendo él quien ponía voz a hits ajenos de artistas como Nirvana, sin saber que de su propia inspiración nacerían también grandes éxitos con el paso de los años por todos escuchados y recordados, como La Playa, Rosas o Deseos de cosas imposibles.
Los cuatro sintieron verdadero miedo por lo que iba a ocurrir, ya que esta sorpresa fue todo un jarro de agua fría en un momento en el que la salud de La Oreja de Van Gogh estaba fuerte, cuando todavía otros estilos musicales más comerciales que imperan hoy en día no habían hecho tanto daño al mundo del pop clásico español. " Tomamos la decisión de continuar con el grupo sin saber muy bien hacia dónde nos dirigíamos. Lo único que teníamos claro era que queríamos seguir juntos ". En definitiva, llegaron a la conclusión que "juntos éramos invencibles y comprendimos que La Oreja de Van Gogh no era una historia de música, era una historia de amistad".
La novela 'Cuatro amigos' de David Trueba sirvió de vía de escape para el grupo. Cuatro amigos y cuatro ejemplares de esta obra literaria que Xabi San Martín puso encima de la mesa del restaurante en el que en una noche de otoño de 2007 todos ellos decidieron que todavía queda mucha música por hacer y que La Oreja de Van Gogh no se iba a quedar ni sorda ni muda. En cada uno de ellos, había escrita una palabra, que al juntarlos daba por resultado la frase "solo juntos tiene sentido". Los chicos de La Oreja reconocen que " fue muy emocionante. Nos abrazamos y lo celebramos sin piedad ", cuentan en su perfil de Instagram acompañando a la fotografía de uno de los cuatro libros que el compositor regaló a sus amigos.
Caminos separados y nueva voz para el grupo
Un año después de que todo se viniera abajo, parece que las piezas del puzzle habían vuelto a encajar. Amaia Montero lanzó en noviembre de 2008 su primer álbum en solitario y, con él, algunas de las mejores canciones de toda su carrera en solitario. 'Quiero ser', 'Mirando al mar' o '4"' son algunos de los himnos con los que se ganó el éxito y las buenas críticas, tanto de su público como de los orejeros más acérrimos que se resistían a perdonar que hubiera abandonado a La Oreja de Van Gogh.
Todavía hoy, aquellas canciones que regaló a sus fans suenan en radios, mezclándose con las de su último disco, 'Nacidos para creer', un manifiesto en formato musical escondido en su single principal dedicado a todos aquellos que los últimos años la vienen criticando sin, como dice ella, "saber nada de mí". Por el camino también hubo hueco para los éxitos de 'Amaia Montero 2' y 'Si Dios Quiere Yo También'.
Al mismo tiempo, Leire Martínez aparece en la vida de Xabi, Pablo, Álvaro y Haritz para poner sentimiento a lo nuevo de La Oreja de Van Gogh, comenzando una nueva etapa de madurez en la que el recuerdo de los éxitos pasados siempre estuvo muy presente, y lo seguirá estando por más años que pasen. 'A las en el Astoria' supuso el debut de la nueva voz del grupo, también vasca como ellos, y, aunque en un primer momento los comparativos fueron inevitables, ha conseguido hacerse un hueco en el corazón de los fans más clásicos que se negaban a aceptar la salida de Amaia Montero.
La Oreja de Van Gogh y Amaia, ¿se volverán a unir?
A pesar de que la relación entre Amaia y sus ex compañeros de banda se enfrió, el paso de los años ha conseguido acercarles de nuevo. Hubo algunos rumores en 2016 sobre una posible colaboración entre ellos para celebrar el 20 aniversario de la creación y nacimiento de la mítica Oreja. Sin embargo, todo quedó en papel mojado. Además, esto coincidía con la inesperada sorpresa para todos los fans vivida en 2015, cuando Xabi y Haritz se dejaron ver en el concierto que Amaia Montero ofreció en el Teatro Victoria Eugenia de San Sebastián, lanzando besos al aire a sus ex compañeros mientras entonaba la legendaria canción 'La Playa', la canción más bonita del mundo que dedicaron a la famosa Playa de la Concha de San Sebastián.
Ya en 2018, Pablo Benegas subió al escenario del primer concierto de la Semana Grande de San Sebastián, en el que Amaia Montero estaba actuando. Ambos se fundieron en un abrazo antes de que la cantante comenzara a entonar 'El 28', una de sus primeras canciones que les catapultó al éxito. Lo que también es evidente es que la mala relación que siempre se ha comentado que tienen Amaia y Leire no es tal. De hecho, en los últimos tiempos se las ha visto intercambiar algún comentario en sus perfiles en redes sociales, sobre todo cuando Amaia acudió al concierto fin de gira del Planet Imaginario Tour y Leire se lo agradeció, además que la actual vocalista de La Oreja reconoció en una entrevista en Argentina que "habrá leyendas hasta que nos muramos los seis que formamos parte de la historia", recalcando además que " Amaia es y siempre será parte de La Oreja de Van Gogh ".
El sueño de los nostálgicos, de los amantes del pop y de aquellos fans que todavía siguen la trayectoria de La Oreja de Van Gogh después de tantos años, tanto en España como en Latinoamérica, donde se han ganado el corazón de todos sus países, es ver reunidos en un mismo escenario de nuevo a los integrantes del grupo que surgió en aquel frío diciembre de 1996, sumándose a ellos la voz de Leire Martínez. Es el mismo sentimiento que otros muchos sienten con Mecano o las propias Spice Girls, que han dado un paso recientemente a este respecto, aunque sin Victoria Beckham, con esa gira de conciertos con la que han rememorado tiempos pasados.
La Oreja de Van Gogh, con Amaia o con Leire, es un grupo de antes, de ahora y de mañana, a cuyos conciertos va la familia entera por la cantidad de generaciones que han cubierto, escuchando y disfrutando en ellos de auténticos himnos que continuarán resonando muchas décadas más en radios, móviles y cabezas. Ahora que las heridas se han cerrado, la historia de amistad y música de este grupo continúa viva y solo queda esperar si el sueño de sus seguidores se hace realidad y las voces del ayer y del hoy se funden alguna vez en una sola, con la música de Los Sin Nombre de fondo, al menos para que sus fans no se queden con esa espinita clavada.