Tras sufrir el pasado sábado 13 de diciembre un ataque de pánico escénico -"un Pastora Soler" como él mismo comunicó- que le obligó a terminar su concierto media hora antes de lo previsto, Joaquín Sabina ha vuelto al Palacio de los Deportes de Madrid con ganas de dar "nuestro mejor concierto".
Y para dejar tranquilo a todo su público desde el primer momento, Sabina comenzó la noche asegurando encontrarse bien y aclarando que "no me voy a retirar" al tiempo que daba las gracias por el cariño recibido estos días.
Sabina: "Desafiando los negros presagios, vamos a dar el mejor concierto"
"En una noche como hoy decir gracias es poco. Como afirmaba Franco cuando murió Carrero, "no hay mal que por bien no venga". Estos días he recibido tantos gestos de solidaridad, tantas complicidades, que me han conmovido hasta los huesos. He visto cumplirse esa fantasía de ver a la gente en el entierro de uno. Y, desafiando los negros presagios, vamos a dar el mejor concierto", comentaba antes de arrancarse a cantar.
Y dicho y hecho. Joaquín Sabina sacó lo mejor de sí mismo y no mostró una pizca de esa inseguridad o ese temor que hace unos días le llevó a despedirse de sus fans antes de lo previsto en un espectáculo que suponía su vuelta a Madrid después de cinco años.