Hacía frío en Londres, como cualquier noche de febrero en la ciudad del Big Ben, pero no es una cualquiera, es la gran noche de la música británica, la ceremonia de entrega de los Brit Awards 2013. El 02 Arena de la capital desplegó su alfombra roja para que desfilaran por ella las caras conocidas que asistieron a la gala.
El maestro de ceremonias ha vuelto a ser James Corden, el mismo que el año pasado tuvo que cortar a Adele porque se excedió en su discurso de agradecimiento. En esta edición no ha habido ese problema, pues todos los galardonados han sido rápidos y concisos.
Después fue el turno de Taylor Swift, que paseó su belleza y elegancia por el escenario, momento en el que la cámara enfocó a Harry Styles. La cantante entregó el primer premio de la noche, el de Mejor Solista Británica, que recayó en Emeli Sandé; se evaporaron así las esperanzas de Mitch y Janis Winehouse, que querían haberse llevado un galardón póstumo para su hija Amy.
One Direction hace enloquecer al público
El siguiente en cantar fue Robbie Williams, que interpretó uno de sus temas ante un público entregado, ávido de escuchar a quien es uno de los artistas más importantes de Gran Bretaña. Toca el turno de que salga una actriz, y no una cualquier, sino una chica Bond, Bérénice Marlohe, que presentó el premio a Mejor Grupo Británico, que fue a parar a Mumford & Sons.
Nick Grimshaw es uno de los locutores estrella de Reino Unido, así que no podía faltar en esta noche en la que entregó un galardón a Ben Howard como Revelación Británica. La emoción se desborda, va a actuar Justin Timberlake, pero antes James Corden entrevista a Simon Cowell, uno de los responsables de la existencia de One Direction.
Finalizado el recital de Timberlake, que vuelve a ser cantante después de mucho tiempo en el cine, llega el turno de Ed Sheeran, que entregó un nuevo premio a Ben Howard, en este caso en el Solista Británico Masculino. Ahora es el momento de Tom Odell, un joven cantante que ha conseguido el Critics' Choice gracias a su corta pero magistral carrera.
Lana del Rey y Taylor Swift fueron las únicas nominadas a Mejor solista internacional femenina que acudieron a los Brits, así que entre ellas andaba el juego. La balanza se inclinó del lado de Lana Del Rey, muy feliz por la distinción. Inmediatamente después llegó una explosión de júbilo con la actuación de One Direction, que se lanzaron al escenario a cantar 'One Way or Another', haciendo enloquecer a gran parte de los asistentes.
La ausencia de Adele y la presencia de Taylor Swift
La Mejor actuación en directo fue para Coldplay, que recibieron el premio de Jack Whitehall y el gimnasta Louis Smith. Luego fue el turno de otro deportista, Tom Daley, que se olvidó del bañador y se puso un traje para entregar junto al presentador Jonathan Ross el Single del Año a Adele por 'Skyfall'. Esta vez no hizo falta cortar a la artista, pues agradeció el galardón en un vídeo, pues no pudo asistir por estar muy ocupada preparándose para su actuación en los Oscar.
Taylor Swift no se había ido, sino que estaba reservándose para casi el final. La cantante se fue de vacío, pero fue una de las grandes estrellas de la noche con su actuación, donde una gran puesta en escena rodeó la interpretación de su éxito 'I knew you were trouble'.
Acabado el recital de Swift salió al estrado Dave Grohl, que leyó el ganador del premio a Mejor Grupo Internacional, The Black Keys. Ben Howard se llevó dos galardones, y para agradecerlo cantó en directo en la gala, al igual que Mumford & Sons; pero antes Frank Ocean se hizo con el galardón a Mejor Solista Internacional Masculino, y War Child obtuvo su distinción en el Premio Especial.
La noche acabó con un nuevo triunfo para Emeli Sandé, flamante artista que se llevó para casa otro Brit por el Álbum del Año que recibió de manos de Brian Ferry. Pero no todo acabó allí, porque de repente Robbie Williams y su traje morado salieron al estreno para anunciar que los One Direction se habían alzado con el Brit al éxito mundial. Una gran forma de terminar la gran noche de la música británica.