Algunos se percataron de que esa cantante era nada menos que la canaria y no dudaron en compartirlo, sorprendidos, en sus redes sociales: "¿Es Ana Guerra?", se preguntaban. En cambio, otros muchos, pasaban por delante como si nada estuviese ocurriendo allí siguiendo con sus rutas matutinas como cualquier otro día. Esto no era nuevo para Ana Guerra, que antes de saltar a la fama ya vivió la experiencia de cantar en la calle para los transeuntes, pero esto fue muy diferente a aquello: "En mi tierra el ritmo de la gente es muy distinto, iban al café y al mercado, se paraban... Lo que ha sucedido aquí no tiene nada que ver. Hay personas que ni siquiera se han enterado de que estábamos allí, de que sonaba música", reconoce la cantante para el mencionado medio.
Finalista del regreso de 'Operación Triunfo' y cuya vida desde entonces es seguida por miles de personas, su estancia en el metro de Madrid, fue, en cambio, algo casi inapreciable. Algo que le ha confirmado a la artista lo que muchos creen ya sobre la frenética vida de una gran ciudad como esta: "Madrid es duro, porque nos perdemos tantas cosas por no detenernos ni un instante para fijarnos en lo que sucede alrededor. Hoy, tres mujeres me han sonreído. Y aunque sea durante esos cinco segundos que pasas por delante, disfrútalos, porque te estoy ofreciendo algo, te estoy dando una parte de mí. Cinco segundos, sólo eso".
"He vuelto a sentir el anonimato que había perdido"
Una experiencia casi nueva para ella que recomienda que otros muchos compañeros de profesión deberían experimentar: "Me parece muy importante que todos los que se dedican a la música pasen por algo así: que se vean totalmente desnudos ante la realidad, por cruda que sea, que se expongan, que se prueben. Y es jodido, porque en un pasillo como el de hoy no es fácil llegar al corazón de nadie, no es fácil hacer sentir. Pero de esta forma también se aprende".