Galería: Celebrities en la Super Bowl 2015
Desde principios de semana llevaba calentado el ambiente, primero con su pedicura y después durante la presentación del partido convertida en balón de fútbol americano. Por fin este domingo 1 de febrero llegó el gran día de Katy Perry. Y no dejó indiferente a nadie.
La cantante saltó al campo del University of Phoenix Stadium en el descado de la Super Bowl 2015 para ofrecer 10 minutos de actuación musical en la que repasó sus temas más conocidos, entre ellos 'I Kissed a Girl', tema que le hizo saltar definitivamente a la popularidad.
Perry salió al escenario subida en una enorme león y con un traje que imitaba las llamas de un fuego para arrancar su espectáculo con 'Roar' mientras avanzaba por un camino repleto de bolas gigantes que se iban iluminando.
Tras el tema del álbum 'Prism' llegó el momento de que el campo se transformara en un enorme tablero de ajedrez con personas vestidas de caballos para interpretar 'Dark Horse' antes del primer cambio de vestuario de la artista.
Katy Perry se atavió con un vestido rojo, amarillo y blanco para 'disfrutar' de una jornada de playa acompañada por Lenny Kravitz -al que bailó de forma muy sensual- mientras interpretaban 'Teenage Dream' y 'California Girls' antes de que llegara el archiconocido 'I Kissed a Girl'.
Junto a Missy Elliot y luciendo una camiseta de fútbol americano con el número 49 sonaron los temas 'Work it' y 'Lose control'. Con la rapera, pero luciendo un vestido negro con tachuelas cambió el ritmo de la mano de 'Get Ur Freak On'.
Katy Perry terminó el espectáculo sobrevolando el estadio
Y, para terminar, luciendo un modelito plateado, Katy Perry se subió a una enorme estrella fugaz con la que se 'sobrevoló' el estadio mientras cantaba 'Baby, you are a firework' y finalizaba el espectáculo con un gran castillo de fuegos artificiales.
Así -y con 47 minutos de costosísimos anuncios y tráilers- se animó un partido que llegó el descanso con empate y que acabó inclinándose del lado de los Patriots, que se alzaron con su cuarto título en la Super Bowl tras un partido en el que Tom Brady fue de los jugadores más destacados.