Robin Williams sorprendía al mundo entero este pasado mes de agosto al suicidarse con un cinturón en su casa de Cayo Paraíso (California). El actor se iba a los 63 años dejando a su mujer y a su hijo desconsolados.
"No hay día que no le echemos de menos, y hablo en nombre de mis dos hermanos. Para honrar a mi padre, he empezado a trabajar de voluntario en una prisión local. Es así como he empezado a encontrarme mejor" afirmaba Zak sobre la labor humanitaria de su padre.
Extraordinaria labor con los más pequeños
Marlo Thomas, quien trabajó con el actor por más de 18 años en el Hospital de Investigación Infantil San Jude, recordaba la extraordinaria conexión que Robin tenía con los niños: "Hubo un niño que le encantaban los soldados de juguete y Robin le regaló la colección de que siempre guardó desde niño"