Un nuevo problema económico afecta a una de las compañía cinematográficas más importantes en el mundo. Gerald Brittle, autor del libro 'El demonólogo', publicado en 1980 acerca de algunos casos sobrenaturales que rodeaban al matrimonio Warren, ha demandado a Warner Bros, al director de 'Expediente Warren', James Wan, a New Line Cinema y al resto de responsables de la saga de terror.
El demandante acusa a la productora de crear toda una franquicia de más de mil millones de dólares basada en una historia cuyos derechos no poseían. En la demanda, el escritor asegura que él era el único con total derecho a crear obras de todo tipo basadas en las historias y experiencias del famoso matrimonio. Brittle ha querido reclamar una indemnización que superaría los 900 millones de dólares por daños y perjuicios.
Brittle asegura que la saga infringe los derechos exclusivos para crear obras derivadas de los casos de Ed y Lorraine Warren. El escritor considera que el matrimonio de la saga no puede participar en cualquier proyecto basado en su historia, considerando su libro como única fuente, ya que en él se encuentran las historias de las vidas de los protagonistas y su importante labor como investigador de sucesos paranormales.
"Conocían los acuerdos, pero los ignoraron"
El abogado encargado de defender el caso de Gerald Brittle, Patrick C. Henry II, explicó: "Cuando Lorraine Warren concedió a los demandantes el derecho a utilizar el archivo de los casos Warren, ellos no podían usarlo porque años antes Lorraine había concedido el derecho exclusivo de usar ese archivo a Brittle. Es muy difícil que Warner Bros, una empresa con un gran equipo de abogados expecializados en acuerdo sobre propiedad intelectual, no hubiese encontrado el libro de Brittle o algún acuerdo relacionado con ello".
Para el abogado, la única explicación lógica al respecto, es que " los acusados conocían perfectamente la existencia de estos acuerdos firmados entre Warren y el escritor, pero decidieron ignorar esta información pensando que nunca les iban a pillar". Para Henry, los 900 millones de dólares de indemnización serían "una devolución de las ganancias de los inculpados por los daños que han podido causar ".