Aunque algunos actores e incluso líderes políticos, como Pablo Iglesias o Pedro Sánchez, portaron el abanico en la alfombra roja, su presencia se hizo más destacada en la propia ceremonia. Las directoras Isabel Coixet, Carla Simón y Paula Ortiz fueron algunas de las encargadas de reivindicar el feminismo sobre el escenario. "A todas esas mujeres que todavía van al cine, compran entradas y hacen que todos estemos aquí", decía Coixet al recibir su goya al mejor guion adaptado. Por su parte, Simón cerraba su discurso con un "y por supuesto, más mujeres haciendo cine".
Otras actrices españolas, como Penélope Cruz, una de las primeras en lucir el abanico, también quisieron aportar su granito de arena y reivindicar la figura de la mujer en el cine, desde el firme "¡Que vivan las mujeres!" de Belén Rueda, hasta la petición de Marta Etura: "Tenemos que trabajar todos los días para que las mujeres lleguen a todos los trabajos. Y tiene que haber más mujeres protagonistas, porque el protagonista de una película es el que cuenta la historia, el que da su mirada".
Palabras desafortunadas
Por su parte, entre los protagonistas masculinos hubo alguno que consideró que no era la noche para reivindicar la igualdad. Arturo Valls fue muy criticado por sus palabras: "Me gustaría que en la gala se hablase más de cine, o por lo menos de los problemas que tiene el cine, no marear con otros temas". Otros, como Antonio de la Torre, se mostraban más cautos. "Es un debate demasiado profundo como para soltar algo rápido en la tele. Pero estamos por la igualdad, por la defensa de las débiles, de las víctimas, pero también hay que observar la presunción de inocencia", señaló el actor.