Han pasado tres décadas desde que se estrenó en España 'Nueve semanas y media' y todavía es objeto de revisión. Por si fuera poco, a esos comentarios negativos, se unen los desafortunados que comparan la película de Adrian Lyne con el nuevo porno especular de 'Cincuenta Sombras de Grey' (porque en realidad, no se muestra nada).
Un tupido velo sobre Lyne
Adrian Lyne era un director inglés que había conocido la fama mundial gracias a dirigir la mítica película 'Flashdance'. En ésta, las magníficas coreografías que envolvían la historia de amor de Alex y Nick, hizo que el público quedara atrapado en su trama. Lyne extrapoló esas coreografías a algo más íntimo, a un baile al que todavía no se había acostumbrado a ver explícitamente el espectador: el sexo sadomasoquista en pantalla en su siguiente producción.
La actriz Kim Basinger era una joven que había conseguido ser Domino Petachi, la chica Bond en la película 'Nunca digas nunca jamás', que por aquél entonces podía convertirte en icono de la sensualidad. Quizás Basinger no logró ser la personificación del erotismo con James Bond, pero sí lo hizo con Mickey Rourke en 'Nueve semanas y media'.
La pasión que no traspasó la pantalla
Hay amores que trascienden las historias de las películas, pero en este caso el desenlace fue peor que mal. Cuentan que a pesar de lo que se muestra en la cinta, entre los protagonistas no saltaron chispas; ni siquiera hubo un ápice de química y su relación fue bastante mala, tanto fue así que después de rodar la película, Rourke y Basinger se distanciaron y no volvieron a hablar hasta después de muchos años cuando ella le envió una carta a él para felicitarle por haber conseguido el Oscar en 2009 por la película 'El Luchador'.
Adrian Lyne prohibió que Kim Basinger y Mickey Rourke se conocieran antes del rodaje porque necesitaba de ella que sintiese miedo de él. Y, de alguna forma lo consiguió porque era solo Rourke el que recibía órdenes precisas de su director y Basinger quedaba sin pistas, lo que se tradujo en una interpretación bastante asustadiza por su parte. Parece que para la actriz estadounidense no fue un rodaje dulce y es que, como se dice comúnmente, "las pasó canutas".
Lyne quería exprimir tanto esa Elisabeth desubicada que empleó técnicas muy cuestionables. Para sacar la peor cara de Basinger, tuvo que decirle a Rourke que empleara la fuerza para hacerla llorar; lo consiguió y ella abofeteó a Rourke durante el rodaje. En ese momento, el director obtuvo la rabia que quería de su protagonista y comenzó a grabar de verdad. "Sabía que si hacía esto me haría más fuerte y más sabia. Me sentí humillada y a disgusto. Todo aquello iba contra mis principios. Pero cuando vas contra tus principios surgen unas emociones que no sabías que tenías", desveló Basinger al diario The New York Times durante la promoción de la película.
El striptease más famoso del mundo
Si 'Walking On Sunshine' de Katrina & The Waves es el himno "happy" por excelencia, 'You Can Leave Your Hat On' de Joe Cocker es la melodía que inmediatamente se viene a la mente para acompañar a un buen striptease. La culpa de esto la tienen los contoneos de Kim Basinger enfundada en un sugerente camisón de seda a contraluz detrás de una cortina, que han sido tan imitados después. Lo curioso es que a pesar de ser un thriller erótico, no hay desnudos en la película.
Apenas se ve nada, sin embargo se intuye todo; seguramente ahí se encuentre el atractivo del film y su propia desgracia. Kim Basinger fue la precursora de este sensual momento que pudimos ver más íntegro gracias a los casi desnudos de Jamie Lee Curtis en 'Mentiras Arriesgadas' o Natalie Portman en 'Closer'. Aunque el espectador americano de los 80 tuvo cierto rechazo al inusual romance de 'Nueve semanas y media', luego supo querer a la película y reconocer la cantidad de escenas icónicas que ha dejado.
Segundas partes, nunca fueron buenas
El director no tuvo suficiente con una parte porque se atrevió con una segunda 10 años después. La secuela se llamó 'Another 9½ Weeks' pero en Europa se comercializó bajo el nombre de 'Love in Paris'. Esta vez, Rourke repetía el personaje de John Gray intentando buscar a Elisabeth en París, pero Basinger se negó a participar en la película y le sustituyó Angie Everhart como Lea Calot, una diseñadora de moda amiga de Elizabeth.
30 años después, sus protagonistas son sexagenarios que nunca olvidarán la película que les catapultó a la fama. Ambos han cambiado mucho, en el caso de Mickey Rourke que ahora tiene 63 años, está irreconocible a causa del boxeo, las cirugías y el coqueteo con las drogas. No es ni una sombra del sex symbol que llegó a ser en los 80.
Kim Basinger también ha tenido lo suyo pero los años le han tratado mucho mejor. Por supuesto ha recurrido a la cirugía plástica pero, a diferencia de su compañero, el bisturí le ha tratado con ternura y sigue teniendo el mismo atractivo que cuando tenía 20 años.
Su belleza y su currículum han hecho que pronto podamos verla en febrero de 2017 como Elena Lincoln, la antigua amante de Christian Grey en 'Cincuenta sombras más oscuras'. Hará un papel más maduro que cuando dio vida a Elisabeth McGraw pero con ciertas similitudes. Es inevitable comparar, de hecho, hasta el apellido del protagonista se parece al de 'Nueve semanas y media' Grey y Gray, ¿coincidencia?