Si pronunciamos las palabras director y danés, enseguida viene a la mente el nombre de Lars Von Trier, o en su defecto, el de los seudónimos que utilizó como Erik Nietzsche o Lars Trier tiempo antes de convertirse en el cineasta de éxito que es hoy -de hecho, ni siquiera Von Trier es su apellido ya que se añadió el "Von" para darle un toque aristocrático a su nombre-.
Es decir, que buscaban recuperar esa pureza del cine que se había perdido y que tanto caracterizaba a otros directores ejemplares como Jean-Luc Godard. Era como un nuevo reto para alejarse de las cantidades ingentes que se gastaban a la hora de realizar una producción a la altura de Hollywood y demostrar que se podía hacer algo bueno sin tanta parafernalia: ¿para qué crear un set ad hoc en lugar de utilizar un espacio real o natural? Es posible que por ello, la Academia de Hollywood todavía no haya reconocido ninguno de sus trabajos.
'Bailar en la oscuridad' (2000)
Bailar en la oscuridad se desarrolla en el Estados Unidos de 1964 a través de la vida de una inmigrante judía llamada Selma, que debido a una enfermedad degenerativa, se está quedando ciega y que además trabaja a destajo para intentar pagarle una operación a su hijo en pos de que éste no desarrolle su desgracia. Para Selma su única vía de escape son los musicales que tanto adora y en ese momento es en el que el espectador y ella misma empiezan a confundir lo que es realidad con lo que es su propia fantasía.
Muchos hablan de obra maestra, otros discrepan argumentando que Von Trier hizo un despliegue melodramático y hablan de "pornografía de las emociones". También fue algo negativo para Björk, que después del rodaje dijo que había sido muy agobiante y que sería su última película, aunque luego apareció en otra más.
'Dogville' (2003)
Con 'Dogville', Lars Von Trier quiso empezar una trilogía dedicada a los Estados Unidos echando la vista a los años 30. Justo cuando se daba el período de la gran depresión americana, una mujer llamada Grace huye de un un grupo de gángsters para buscar refugio en Dogville, un pequeño pueblo de las Montañas Rocosas. Allí será protegida por el escritor Tom Edison, quien conseguirá que Grace sea aceptada por la comunidad trabajando para sus recelosos vecinos durante dos semanas.
Además de contar con un reparto de lujo con actores como Nicole Kidman, Paul Bettany o Chloe Sevigny, el director danés hizo una exhibición de su Dogma excepcional. Los personajes actúan sobre un escenario vacío en el que solo unas líneas pintadas en el suelo separan los espacios; las escenas se rodaron con la cámara al hombro y se introdujeron cortes en los diálogos para dar una mayor sensación de realismo, a modo de documental. Exactamente siguiendo sus reglas.
Como dato curioso, el programa 'Muchachada Nui' hizo una recreación cómica de 'Dogville' en la que presentan a la mujer de Spielberg y a la de Von Trier de una forma hilarante. Para aprender qué son los saltos de eje o el racord, es lo mejor que podrás ver.
'Manderlay' (2005)
'Manderlay' es la segunda parte de 'Dogville'. En un principio, iba a haber una tercera entrega prevista para 2009 que se llamaría 'Washington' pero nunca se supo de ella. Esta parte se sitúa 3 años después de la primera, es decir, en 1933. Aquí Grace -interpretada esta vez por Bryce Dallas Howard- y su padre abandonan Dogville para llegar a Manderlay, un lugar del sur de los Estados Unidos rodeado por una valla con un candado en donde sus habitantes todavía viven bajo el yugo de la esclavitud.
Lars Von Trier sigue siendo fiel a sus técnicas en este filme que se caracteriza por una extraordinaria fotografía. Si bien 'Dogville' tenía un ritmo algo lento, en 'Manderlay' se acelera la acción provocando más detonantes dramáticos. Si queréis reflexionar sobre el concepto de libertad, esta es la película correcta.
'Melancholia' (2011)
El apocalipsis y el drama psicológico son los ingredientes de una película en la que su propio nombre da algunas pistas: 'Melancolía'. En este filme, la protagonista vuelve a ser una mujer llamada Justine interpretada por Kirsten Dunst. Justine se encuentra celebrando la fiesta de su boda en casa de su hermana Claire cuando un planeta llamado Melancolía está a punto de colisionar con el planeta Tierra y destruirlo todo.
Al leer el argumento, es ineludible pensar en esa ciencia-ficción de la que huía Lars Von Trier con su Dogma. En 'Melancolía' se acabaron esas reglas que constreñían sus otras creaciones. "Para mí no es tanto una película sobre el fin del mundo sino sobre un estado de ánimo", dijo el director danés en la presentación del filme. Kirsten Dunst, Charlotte Gainsbourg, Kiefer Sutherland y John Hurt componen el reparto de 'Melancolía' que recibió, entre otros premios, el galardón a la Mejor Película en los Premios del cine Europeo.
'Nymphomaniac' (2013)
La historia de una ninfómana contada por ella misma desde su pubertad hasta los 50 años. Ni más ni menos. Así es 'Nymphomaniac' de Lars Von Trier, un filme con muchas escenas de sexo pero tratadas de una forma bastante elegante. "¡Habrá sexo en la película! No puedo hacer una película sin penetración. Sería ridículo", aseguró el director danés.
Lo curioso es que estas escenas tan explícitas fueron rodadas por actores profesionales y no por los protagonistas Shia LaBeouf y Charlotte Gainsbourg, quienes donaron sus rostros digitalmente a esos actores. En su línea, Von Trier triunfó en los premios Robert del cine danés a pesar de que su protagonista, la hija de Jane Birkin y Serge Gainsbourg, se rebeló contra el cineasta diciendo que "Von Trier lleva sus obsesiones sexuales demasiado lejos. Se pasa de explícito, tanto en su discurso como en las imágenes".
'Nymphomaniac Vol.2' (2014)
Una cinta completa sobre una ninfómana quizás se hacía algo tedioso, así que Von Trier dividió en dos volúmenes la historia. 'Nymphomaniac 2' retoma la acción donde se quedó la primera parte con Joe, su protagonista, incapaz de sentir ese deseo o excitación sexual que tanto había explotado en su juventud. Esta parte es mucho más dura que la primera, visualmente hablando.
Muchos coinciden en la idea de que hubiera sido mejor que 'Nymphomaniac' no se dividiera en dos porque resulta desconcertante el comienzo de la segunda tan de pronto. Lars Von Trier se rindió al reclamo comercial con estas dos entregas en las que a pesar de mostrar el erotismo en su momento más álgido, también invita a la reflexión y a conocer cómo se maneja el ser humano ante ciertos comportamientos.