Un reportaje que caía como un jarro de agua fría en un día tan señalada al poner el foco sobre las agresiones sexuales y el abuso de poder dentro de la industria audiovisual tras unos meses en los que esto mismo puso en el centro de la conversación al mundo del fútbol con el caso de Rubiales y la Selección Española de fútbol femenino. Este problema desgraciadamente tan común y a la vez tan silenciado fue el gran protagonista del discurso de María Guerra, Presidenta de la Asociación de Informadores Cinematográficos, durante la pasada gala de los Premios Feroz de 2024.
"Hoy precisamente los compañeros de El País han sacado otro caso de violencia sexual en la industria del cine y os felicitamos porque es superimportante. Creemos que lo habéis sacado en un momento perfecto porque así podemos reflexionar aquí, juntas, sobre este cambio que ha habido desde 2017 cuando The New York Times sacó el primer caso de abuso y empezó el #MeToo", y desde entonces, siete años después, en la industria española todavía sigue predominando el silencio y el miedo a la hora de denunciar estas situaciones que han existido y siguen existiendo.
La precariedad laboral en el periodismo
"Estamos en 2024 y el hashtag global es 'Se acabó'. ¿Qué pasa? El deporte y el cine son dos focos gigantescos enormes mediáticos y es importante que lo pensemos y no nos equivoquemos, los abusos no están solo en el cine y en el deporte, los abusos están en todas partes. El abuso de poder está en todas partes de la sociedad y especialmente se ceba con los débiles", denunciaba María Guerra haciendo así alusión a la otra problemática en la sociedad española, la precariedad, que afecta de forma significativa en el mundo del periodismos, pero que se existente por todas las industrias.
"La precariedad es debilidad y además es un tabú porque humilla y avergüenza al que lo padece. Por eso parte de esta solución pasa por unas condiciones laborales dignas", decía María Guerra sobre el escenario dirigiéndose a Yolanda Díaz, Ministra de Trabajo: "No se olvide de la prensa porque vivimos una precariedad silenciosa que está expulsado a los jóvenes porque no quieren trabajar cobrando tan poco, no teniendo contratos. Y es normal. Nosotros y nosotras somos periodistas, pero no somos vuestros publicitas, por eso tenemos que tener voz crítica y estabilidad laboral para sacar temas com los de hoy en El País".