Law tuvo claro desde muy joven cual era su verdadera y única vocación: la interpretación. Con tan solo 17 años decide dejar el instituto para centrarse en su carrera y conseguir algún papel en el teatro o serie de televisión, y desde luego que tomar esa incipiente decisión que sus padres no apoyaban en un principio, no le fue nada mal.
Ahora, recién cumplidos los 45, el actor está más centrado que nunca y atraviesa uno de sus mejores momentos tanto personales como profesionales. En la televisión triunfa con 'The Young Pope' donde interpreta al Papa Pío XIII y que le ha servido para colarse en las nominaciones de varios premios importantes. Mientras que en el ámbito amoroso parece haber encontrado la estabilidad que tanto ansiaba al lado de Phillipa Coan, una atractiva psicóloga que conoció a través de unos amigos en común.
Por todo esto y mucho más, Jude Law sigue llenando portadas de revistas y contratado por algunos de los mejores directores del mundo. Aquí tenéis algunas de las razones por las que el interprete sigue triunfando después de más de dos décadas en la industria del entretenimiento.
1 Su indiscutible talento
Desde que comenzara en el mundo de la interpretación, Jude Law ha demostrado proyecto tras proyecto que le sobra talento y que le da igual tenerse que meter en la piel de un vividor sinvergüenza como su papel de Dickie en 'El talento de Mr Ripley' o en un escritor frustrado en la versión cinematográfica de la clásica obra teatral 'Closer', todos y cada uno de ellos los ha clavado con una perfección a veces poco valorada.
2 Su espectacular físico
Su penetrante mirada y su evidente atractivo han hecho de Law un auténtico sex symbol, un icono sexual reconocible para toda una generación. La genética le otorgó al actor un poder que no tiene precisamente cualquiera y él ha sabido sacarle partido de una manera inteligente.
Las revistas de todo el mundo cayeron rendidas a sus pies, con sensuales reportajes en los que el británico solo tenía que limitarse a ponerse delante de la cámara y dejar que su increíble belleza hiciera el resto del trabajo. Las comparaciones con otros grandes del cine como Marlon Brando o Paul Newman no se hicieron esperar.
3 La forma en la que ha sabido reinventarse
Desgraciadamente, el mundo del cine encuentra cada poco a una nueva belleza a la que admirar, alguien más joven, más divertida, más extrovertido y más gracioso que el anterior y cuando eso ocurre, o sabes reinventarte para seguir acaparando todas las miradas o caes en el olvido rápidamente por el siguiente que ha ocupado tu lugar.
Jude Law llevaba años condenado a interpretar personajes secundarios en películas de poca monda y no muy bien acogidas por parte de la crítica y el público. Sin embargo, el director italiano Paolo Sorrentino apareció en la vida del actor como una botella de oxígeno y volvió a ponerlo en el punto de mira tanto a nivel artístico como físico en la serie de HBO 'The Young Pope', donde demostró que podía seguir siendo igual de atractivo incluso vestido de Papa.
4 Rodearse de buenos directores
Otra de las grandes claves por las que el actor británico ha conseguido tener una carrera tan envidiable como la suya y triunfar de esa forma tan arrolladora, ha sido sin lugar a dudas por saber rodearse de buenos directores y proyectos (sí, con algún que otro batacazo) que han consagrado a Law como un actor irrepetible.
Clint Eastwood, Steven Spielberg, Sam Mendes, Martin Scorsese o Wes Anderson son algunos de los directores que han contado con el atractivo intérprete para algunas de sus películas, pero si Law tiene que estar agradecido a uno de ellos es indiscutiblemente a Anthony Minghella, ya que las dos colaboraciones que ha realizado con él- Cold Mountain y El talento de Mr Ripley- le ha valido para que su nombre estuviera entre los candidatos a los Premios Oscar, un galardón que todavía se le resiste pero del que no hay duda que algún día conseguirá si mantiene ese buen ojo e instinto para elegir proyectos y personajes con lo que seguir sorprendiendo.