Concha Velasco está acostumbrada a los aplausos, homenajes y reconocimientos, pero ninguno como el que vivió en ceremonia de entrega de los Premios Goya 2013, donde salió al escenario para recibir una gran ovación con motivo del galardón de honor con el que la Academia ha premiado toda su trayectoria.
La actriz recibió el Goya de Honor en la pasada fiesta de los nominados, donde sintió el calor y respaldo de sus compañeros de profesión, una carrera en la que Concha Velasco lo ha dado todo, tanto en cine, como en teatro y televisión. Tiene un currículum que aburre por su extensión, como ella misma ha confesado, y una vida fascinante que produce el efecto contrario.
Concepción Velasco Varona nació en Valladolid el 29 de noviembe de 1939. Hija de militar y maestra, vivió con sus padres y su hermano Manuel en Marruecos hasta los 10 años. Poco después confesó que 'quería ser artista', decisión que sus padres respetaron y apoyaron. Su carrera comenzó como bailarina, un primer paso hasta lanzarse de lleno a la interpretación.
Concha Velasco, la chica ye-ye'
Gracias al cine ha sido "una de las mujeres más felices que conozco", ha señalado la actriz, y no es para menos, pues el cine español no podría entenderse sin la figura de Concha Velasco, que ha intervenido en más de 80 películas, entre las que se encuentran 'La Reina Mora' (1954), 'Las chicas de la Cruz Roja' (1958), 'La verbena de la Paloma' (1963), 'Historias de la televisión' (1965), de donde salió 'La chica ye-ye', 'Las que tienen que servir' (1967), 'La decente' (1974), 'La colmena' (1982), 'Más allá del jardín' (1996) y 'Bienvenido a casa' (2006), entre otras.
Gracias a su extensa filmografía ha trabajado con lo más granado del séptimo arte, ha besado "a los más guapos (y a los más feos también)", ha llegado a lo más alto e incluso se ha atrevido a "decir no a Pedro Almodóvar", que le ofreció un papel en '¡Qué he hecho yo para merecer esto!' que tuvo que rechazar porque estaba haciendo 'Mata-Hari' de Adolfo Marsillach.
Concha Velasco, la mala de la tele
El teatro ha tenido en Concha a una de sus actrices más prolíficas. Sobre las tablas ha interpretado 'Don Juan Tenorio' y 'Las cítaras colgadas de los árboles', una obra que le marcó profundamente, pero no tanto como 'Las arrecogías del beaterio de Santa María Egipciaca', donde conoció a Paco Marsó, el que sería su gran amor y su gran cruz. 'Santa Teresa de Jesús', 'Filomena Marturano', 'La rosa tatuada', 'La truhana', 'Carmen, Carmen', 'Mamá, quiero ser artista', 'Hello, Dolly', 'La vida por delante' y 'Yo lo que quiero es bailar' son algunas de las obras de teatro imprescindibles en la carrera de una actriz que ha emocionado, emociona y seguirá emocionando sobre un escenario.
La televisión le gusta, y le ha tratado bien. En este medio se ha desenvuelto sobre todo en los últimos años de su carrera, pues actualmente presenta 'Cine de Barrio' y participa en la serie 'Gran Hotel', donde interpreta a Doña Ángela, la gobernanta, un papel que recuerda (salvando las distancias), a la inolvidable Aurora Acosta de 'Motivos Personales', y a la magnífica Carmen Orozco de 'Herederos', un trabajo que no ha dado más que alegrías a Concha. No se puede olvidar su labor como presentadora de programas como 'Querida Concha' y 'Sorpresa, sorpresa', ni su trabajo en la pequeña pantalla interpreta a Teresa de Jesús.
Tiene la casa llena de premios, tantos que ha tenido que pensar mucho dónde colocar el Goya con el que ha sido distinguida por la Academia de Cine, el galardón de su vida. También cuenta con Fotogramas de Plata, Premios Iris, Premios de la Unión de Actores, un Ondas, un Max de Teatro, la Antena de Oro y otros muchos más que evidencian lo prolífica y exitosa que ha sido y es la carrera de Concha Velasco.
Una vida marcada por Paco Marsó
Pero sus mejores premios son sus hijos, Manolo y Paco. El primero de ellos lo tuvo de soltera, mientras que el segundo nació fruto de su amor con Paco Marsó, con quien se casó en 1976 y que aportó una hija a la pareja. Paco fue el hombre de su vida, el que más alegrías y penas le ha reportado. Tras un inestable matrimonio marcado por la felicidad que les reportaron sus vástagos, las deudas y las crisis, se separaron en 2005. En mayo de 2010 llegó el divorcio, un gran alivio, y el 5 de noviembre de 2010 hacía su aparición la tragedia, pues un derrame cerebral acababa con la vida de Paco Marsó.
Concha Velasco quedó devastada, pues aunque no quería saber nada más del padre de sus hijos, la tristeza invadió su vida. Fueron malos tiempos de los que afortunadamente pudo salir, olvidarse de la retirada que se planteó y seguir adelante volcándose en su trabajo y en su familia, sobre todo en su nieto Samuel, nacido en 2008, el único hombre con el que quiere estar.
Así ha sido la vida de Concha Velasco, una actriz que sigue siendo Chiti o Conchita, que canta y baila y que a su avanzada edad todavía tiene mucho que decir, tanto en el escenario como fuera de él, pues el telón sigue abierto.