No hay ni un campo que no haya tocado Barbra Streisand. Actriz, cantante, compositora y directora, con tres cuartos de siglo, su estela es una de las que más brilla dentro del show bussinees, y eso que esta industria se caracteriza por marginar a toda aquella que pase una determinada edad. Será ese talento innato que le hace tan especial lo que hace que la diva permaneza firme frente a la virulencias de la industria del cine.
El de la edad no es el primer tópico que ha roto la actriz. Acostumbrados a trabajar en un negocio donde la belleza se corta con el mismo patrón, Barbra aterrizó con un atractivo poco común, y aunque algunos se han atrevido a decir que su físico no tiene nada de espectacular; su propia madre llegó a decir que era muy fea para triunfar, su belleza levanta y ha levantado pasiones.
Barbara Joan Streisand nació el 24 de abril de 1942 en Brooklyn, en el seno de una familia judía ortodoxa. Si bien dicen que los bebés nacen con un pan debajo del brazo, el caso de la actriz fue bien diferente, ya que ella nació con una partitura. Desde muy joven comenzó a actuar en los escenarios de Broadway, y el éxito no tardó en llamar a su puerta. Los productores musicales se dieron cuenta del talento que derrochaba a doquier, y en 1963 grababa su primer disco en solitario, " The Barbra Streisand Album". Este no sería tan sonado como su segundo álbum " People ", que la situó en los primeros puestos de las listas de éxitos.
Gracias al éxito de su música, logró un papel en su primera película, ' Funny Girl ', donde logró lo que nadie se esperaba, ganar un Oscar con su primera interpretación. En 1973 estuvo a punto de repetir hazaña, ya que estaba nominada en la categoría de mejor actriz, por 'Tal como éramos', pero el galardón cayó en manos de Glenda Jackson por 'Un toque de distinción'. No obstante, 1977 impuso justicia y la actriz ganaba su segunda estatuilla, esta vez por la canción 'Evergreen', parte de la bansa sonora de ' Ha nacido una estrella '.
Su paso como actriz de cine ha sido más que de sobresaliente. Se ha atrevido con el temido papel de prostituta con su interpretación en ' La Gatita y el Búho '. Demostró que la comedia era uno de sus fuertes en el filme ' ¿Qué me pasa doctor? ' donde interpreta a una chica desesperante a la par que divertida. Plasmó los infiernos del camino a la fama con ' Ha nacido una estrella ', y demostró que 'El amor tiene dos caras'.
En su búsqueda de superación profesional dio el paso a la dirección y se puso delante y detrás de las cámaras en ' Yentl ', el drama de la historia de una joven judía que quiere triunfar en un entorno dominado por hombres. Este magistral trabajo le ayudó a batir otro récord, ser la primera (y única) mujer que ha ganado un Globo de Oro como mejor directora, convirtiéndose la vida real en una paradoja del propio argumento de la película.
Repitió hazaña como directora en ' El Príncipe de las Mareas ' y ' El amor tiene dos caras ', pero estos trabajos no gozaron del mismo reconocimiento que el anterior, por lo que no se ha vuelto a atrever con una empresa similar.
Después de varios años alejada de los focos, hizo su reaparición estelar en 'Los padres de él', donde interpretaba a una sexóloga desinhibida que logró sacar más de una risa.
Vida personal
En su vida personal también ha hecho carrera. En cuanto ha su vida sentimental han sido tres hombres los afortunados de ocupar su vida. Su primer paso por el altar lo hizo de la mano de el actor Elliott Golud, con quien tuvo un hijo, Jason. Su matrimonio duró 8 años y después de ese tiempo decidieron decirse un cordial adiós. Tres años más tarde mantuvo una relación con Jon Peters, uno de los productores más importantes de Hollywood, aunque curiosamente ella le conoció como peluquero. En 1988 se dio el sí quiero con el actor James Brolin, con el que lleva compartiendo su vida desde entonces.
A pesar de que sean estas sus relaciones más serias, la prensa del corazón le ha atribuido varios romances con personalidades de renombre, como Jon Voight, Omar Sharif, Don Johnson, Steve McQueen o el mismísimo Elvis Presley.
Asimismo, su personalidad está ligada con los valores feministas, defendiendo activamente la integridad de la mujer. Colabora en la asociación Women's Heart Alliance, dedicada a las mujeres con enfermedades cardíacas y durante la última campaña presidencial tomo parte por la candidata demócrata Hillary Clinton. También participó en las Marchas multitudinarias por la Mujer, que surgieron como protesta contra la victoria de Donald Trump.
Su propio físico es la muestra de su compromiso con el feminismo, ya que ha declarado en varias ocasiones que ama su nariz y que no piensa cambiarla por unos cánones de belleza tan estúpidos como irracionales.