Los Goya son los premios más importantes y mediáticos del audiovisual en España. Una noche en la que se dan cita decenas de celebridades que posan con las mejores galas para la ocasión en una de las fiesta más cotizadas del año. Pero esta tampoco está exenta de polémicas, claro. A pesar de que la Academia de cine parecía ir con pies de plomo después de los polémicos premios Feroz, lo cierto es que durante la noche del pasado 11 de febrero y los días posteriores se viralizaron varios momentos: los innecesarios comentarios sobre el cambio físico de la actriz Berta Vázquez, si Sara Sálamo llevaba o no realmente maquillaje... y aunque esto parecía todo, los Goya de 2023 parecían esconder todavía más cosas bajo la alfombra.
Fue la actriz Ana Fernández la que quiso descubrir lo que ocurrió entre bambalinas y el trato que recibieron algunos de los invitados la noche del cine español. Esta había compartido una fotografía con su look para la ocasión firmado por Vicky Martín Berroncal, en cambio era imposible encontrar una fotografía suya en la alfombra roja. ¿Cómo era posible? Pues porque no se le permitió posar. Y como a ella, a otros más. Algo que ella quiso contar en sus redes sociales ahora que han pasado varios días.
" La prohibición que vivimos un número interesante de actores y actrices es algo que me parece absolutamente lamentable y las excusas que se han dado son más lamentables aún", reconocía la actriz asegurando que los motivos de este desplante fueron varios por parte de la organización: que si había que solicitarlo con antelación, que si tenías que ser académico y pagar una cuota aunque algunos que lo habían hecho también se quedaron fuera... una serie de motivos que la dejaron a ella y a otros compañeros de profesión con un viaje a Sevilla preparado (tren, hotel...) y un vestuario listo, pero sin ocasión de hacer su trabajo esa noche.
"Una sensación de ridiculez..."
Por lo que para Ana Fernández y otras personas cuyos nombres se desconocen la noche de los Goya se convirtió en ver la gala en una pantalla puesta junto a los diferentes puestos que las marcas ponen para los invitados: "Los 'losers' entrando por la puerta de atrás, sin ser vistos. Eso sí, directos a las salas del backstage de distintas marcas como borreguitos (...) Ni nos dejan hacer la alfombra roja porque no les sale de ahí, nos dan durante las 4 horas previas bien de refrigerio para tenernos animados y haciendo vídeos y fotos los pertinentes hashtags y cuando empieza, como es lo lógico, el 90% no hace ni puto caso a los premios ".
La actriz asegura que tuvo que ver la gala desde este espacio y a través de una pantalla, no desde el patio de butacas del teatro, haciendo imposible seguirla con normalidad entre tanto ruido de la gente congregada en la sala: "Una sensación de ridiculez... Qué pena que por el griterío que hay montado no se pueda ni oír la gala en las dos pantallas que hay puestas, ni el discurso de agradecimiento de los compañeros premiados porque, supuestamente, ¿para qué narices estamos aquí?".