El 20 de enero de 1992 se apagaba una de las estrellas más importantes del firmamento hollywoodiense. Audrey Hepburn perdía la vida víctima de un cáncer de colón en su casa de Tolochenaz en Suiza. Tenía tan solo 63 años y ya estaba retirada de la actuación, dedicando su tiempo a causas humanitarias.
Dura infancia y primeros años en la industria
Con necesidad de conseguir dinero rápido, decidió probar en el mundo de la actuación. Tras participar en una serie de musicales y papeles pequeños en el cine francés y británico, le ofrecieron su primer personaje importante, el de la tierna Gigi en el musical homónimo de Broadway. El éxito de la producción, permitió que consiguiera su primer papel en Hollywood, protagonizando junto a Gregory Peck, la mítica película 'Vacaciones en Roma'.
Su relación con el ya consagrado actor fue fuente de rumores de romance durante el rodaje, pero ellos lo desmintieron aunque conservaron una íntima amistad hasta el fin de sus dias. Las críticas fueron muy positivas, hecho que le propició su primer Oscar. Durante los próximos años, Hepburn se convertiría en una de las actrices más queridas de la gran pantalla, con éxitos como: 'Sabrina', 'Guerra y Paz', 'My Fair Lady', 'Ariane', 'Charada', 'Dos en la carretera' o el que sin duda es su papel más icónico, el de Holly Golightly en 'Desayuno con diamantes'. Nunca antes una canción y un vestido (con permiso de Rita Hayworth), hicieron tanto para asentar el mito de una de las leyendas más importantes de la historia del cine. El papel había sido pensado para Marilyn Monroe pero esta lo rechazó porque quería dejar de interpretar a "chicas ingenuas".
Aupada a lo más alto de la fama
A mediado de los años 50, Audrey Hepburn se encontraba en uno de los puntos más dulces de su carrera. Se convirtió en un icono para el mundo de la moda, gracias a una imagen muy cuidada y sobria, que proyectaba tanto en la gran pantalla como en la portada de las revistas. Givenchy fue su diseñador fetiche, siendo el responsable de su vestuario en 'Desayuno con diamantes' o 'Sabrina'. Las jovencitas querían ser como ella y fue elegida como la actriz más querida de 1955. Pero pese a la fama, sus compañeros de reparto siempre coincidieron en que era una de las mujeres más humildes con la que habían trabajado.
A partir de su premiado papel de ciega en 'Sola en la oscuridad', la actriz comenzó a esparcir más sus trabajos en el cine, siendo su último trabajo la película de 1989, 'Para siempre' de Steven Spielberg.
Últimos años
La actriz durante toda su vida dedicó parte de su tiempo a causas humanitarias, fruto del agradecimiento que sentía por cómo se habían portado con ella los soldados al acabar la guerra. Entre 1989 y hasta su muerte se convirtió en embajadora de buena voluntad de UNICEF con los que viajaría por distintos países de África ayudando a los más necesitados. También fue una activista de la lucha contra el SIDA.
Vida personal
En cuanto a sus relaciones amorosas, la actriz estuvo casada en dos ocasiones, la primera con el actor Mel Ferrer, al que conoció antes del rodaje de su primer éxito y con el que se caso en 1954. Su matrimonio duro hasta 1968, tiempo en el que tras cinco abortos, tuvieron un hijo al que llamaron Sean. Su segundo matrimonio fue con Andrea Dotti, un médico italiano con el que tuvo otro hijo, Luca.
La actriz se casó en 1969 para acabar con la relación en 1982 por las continuas infidelidades de su pareja. Desde ese año y hasta su muerte mantuvo un romance con Robert Wolders, un holandés que compartía los mismos gustos filántropos de la actriz. También se le atribuyeron affaires con William Holden, Ben Gazzara o Albert Finney.