Sarah Margaret Ferguson, conocida como Sarah Ferguson o "Fergie", nació el 15 de octubre de 1959 en Londres. Es la segunda hija de Ronald Ivor Ferguson y Susan Mary Wright, una pareja de la aristocracia inglesa descendiente de la Casa Estuardo y vinculada a la familia Windsor.
Estudió Secretariado en el London Secretarial College y rápidamente comenzó a trabajar. Durante esos años mantuvo un romance con el empresario Kim Smith-Bingham, diez años mayor que ella. Posteriormente, en 1982 inició una relación de tres años con el también empresario Paddy McNally y cuya ruptura se debió a la negativa de él a oficializar la relación.
Debido a estos orígenes aristocráticos, Sarah se relacionaba con diversos miembros de la Familia Real Británica. De hecho, era muy amiga de la Princesa Diana de Gales (eran primas lejanas), que propició un acercamiento entre ella y el tercer hijo de la Reina Isabel II: el Príncipe Andrés. Se conocían desde niños pero nunca habían tenido una relación cercana, pero en esta ocasión la conexión entre ambos fue inmediata y en menos de un año la amistad acabó en romance.
El 19 de marzo de 1986 se anunció su compromiso oficial y la pareja decidió conceder una entrevista en televisión para darse a conocer. Durante la misma, la pareja se mostró muy cómplice y enamorada. El hijo de la monarca llegó a reconocer entonces que lo que más le había gustado de su futura mujer fue su característico color pelirrojo.
Desde el primer momento, Sarah Ferguson c ontó con el apoyo y el afecto de la Reina Isabel, con la que compartía afición por los caballos y que le agradecía haber encauzado la libertina vida amorosa de su hijo. El enlace se celebró el 23 de julio de 1986 en la Abadía de Westminster (Londres) y poco después la pareja recibió por parte de la soberana el título de Duques de York, Condes de Inverness y Barones Killyleagh.
El 8 de agosto de 1988 nació su primera hija, la Princesa Beatriz de York, a la que se uniría el 23 de marzo de 1990 una segunda y última retoña: la Princesa Eugenia de York. Después de seis años de matrimonio, a principios de los años 90 la pareja entró en crisis debido a las continuas ausencias del Príncipe Andrés por su trabajo en la Marina Británica y los rumores de que Sarah Ferguson mantenía relaciones extramatrimoniales con el millonario Steve Wyatt.
En enero de 1992 los duques anunciaron su separación, aunque el divorcio no se firmó hasta 1996 debido a una escándalo que precipitó los acontecimientos. Se trató de la publicación de una serie de fotografías en las que Sarah aparecía haciendo topless en una piscina mientras su supuesto amante, John Bryan, le chupaba un dedo del pie.
A partir de entonces la imagen de la Duquesa de York (título que conservó tras su divorcio) se vio muy deteriorada y la prensa comenzó a hacer hincapié en sus continuos cambios de peso y su libertino modo de vida. Además, en 2010 se vio envuelta de nuevo en la polémica cuando salió a la luz que durante un tiempo había estado ejerciendo de intermediaria entre su exmarido y diversos empresarios, cobrando por ello una comisión de hasta 500.000 euros.
En la actualidad mantiene una estrecha relación de amistad con el Príncipe Andrés y todavía continúa acudiendo a numerosos actos de la Familia Real Británica (aunque no fue invitada a la boda de los Duques de Cambridge en 2011 al escándalo protagonizado un año antes). Colabora además con diversas organizaciones benéficas como la Motor Neurone Disease Association o SOS Children?s Village y es imagen de diversas dietas de adelgazamiento.