Sofía Margarita Victoria Federica de Grecia y Hannover nació el 2 de noviembre de 1938 en Psykhikó (Grecia), lugar en el que residían sus padres, Pablo y Federica de Grecia. En el momento de su nacimiento reinaba su tío, el Rey Jorge II, que al morir en 1947 dejaría el Trono en manos del Rey Pablo. Tiene dos hermanos, el Rey Constantino de Grecia (1940) y la Princesa Irene de Grecia (1942).
Aunque nació con toda la pompa y su natalicio se festejó en todo el país heleno, tuvo que partir al exilio con toda la Familia Real Griega, algo muy habitual para la Casa de Glücksburg, dinastía reinante en un estado inestable con poco amor por sus Reyes. En esta ocasión, la causa fue la II Guerra Mundial. Doña Sofía tuvo que pasar parte de su niñez en Egipto y Sudáfrica, en este último país vivió en condiciones miserables, muy alejadas de la vida que se esperaba que tuviera una princesa real. Sin embargo, poco a poco si situación se fue estabilizando al ser protegidas por las autoridades del país.
En 1946 pudo regresar a Grecia, aunque fue escolarizada en el internado alemán de Schloss Salem. De vuelta a Atenas estudió Puericultura, Música y Arqueología y ejerció como enfermera. Mientras tanto acudió como suplente en el equipo olímpico de vela griego en los Juegos Olímpicos de Roma 1960, competición en la que su hermano Constantino ganó una medalla de oro para su país precisamente en vela, un deporte que convirtió en olímpicos a dos de sus hijos, Don Felipe y la Infanta Cristina.
El 14 de mayo de 1962 contrajo matrimonio en Atenas con el entonces Príncipe Juan Carlos de España, al que había conocido años atrás en el crucero que su madre, Federica de Grecia, organizó para promocionar Grecia como destino turístico y para estrechar lazos entre las Casas Reales de Europa con el fin de formar matrimonios de sangre azul. La boda se realizó por el rito católico y el ortodoxo por deferencia a la novia, aunque Doña Sofía cambió su religión ortodoxa por la católica para entrar en la Familia Real Española.
Se instaló en el Palacio de la Zarzuela de Madrid, de donde no se ha movido nunca más. El 20 de diciembre de 1963 tuvo una hija, la Infanta Elena. Año y medio después, el 13 de junio de 1965, dio a luz a la Infanta Cristina, y finalmente, el 20 de enero de 1968 trajo al mundo a Don Felipe, el varón que necesitaba la dinastía. En 1969 se convirtió en Princesa de España tras haber sido designado Don Juan Carlos como sucesor de Franco a título de Rey. El 22 de noviembre de 1975 pasó a ser reina consorte de España, dignidad que le ha acompañado hasta que el 19 de junio de 2014 su hijo tomó la Corona y ella dejó de ser la Reina de España para convertirse en Su Majestad la Reina Doña Sofía. Es una amante de la música clásica y de los animales. Preside la Fundación Reina Sofía, está volcada en la lucha contra la drogadicción y el Alzheimer, además de participar en los compromisos oficiales que le encarga su hijo, el Rey Felipe VI. Es una feliz abuela de ocho nietos a los que adora, además del sostén de una familia desestructurada en la que ella intenta que al menos los vástagos de sus hijos tengan relación.
