La reina Paola de Bélgica, nacida con el nombre de Donna Paola Ruffo di Calabria, nació el 11 de septiembre del año 1937 en Forte dei Marmi, Italia.
De origen noble, Paola fue la séptima y última hija del Fulco, príncipe Ruffo di Calabria y sexto duque de Guardia Lombarda. Tiene ascendencia italiana y belga y fue considerada como una de las grandes bellezas de Europa durante su juventud. La reina Paola habla con fluidez italiano, alemán, francés e inglés. No es tan fluida, tema por el que ha sido criticada, en holandés, idioma de casi el 60% de la población belga.
En el año 1958, el príncipe de Liège, Alberto de Bélgica, acudió como testigo a la coronación del Papa Juan XXIII, donde Paola le conoció. Poco después, la pareja anunció que se había comprometido y que querían casarse en el Vaticano. Sin embargo, debido a la insistencia del gobierno belga en que la boda debía de ser en su país, el vaticano nunca aceptó esta propuesta. Finalmente, intentando evitar cualquier tipo de escándalo, la pareja se casó en la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula de Bruselas el 2 de julio del año 1959.
El matrimonio tuvo tres hijos : el rey Felipe de los belgas, rey actual de Bélgica, que nació en el año 1960; la princesa Astrid, nacida en el año 1962 y el príncipe Laurent, nacido en el año 1963. Sin embargo, a finales de los años 60 hubo rumores de que la pareja se había deteriorado y de que se iban a divorciar, pero terminaron superándolos.
Fue en el año 1999 cuando la pareja volvió a entrar en crisis después de que se publicaran unas biografías de Paola en las que se destapaba que el rey Alberto II había tenido una relación extramatrimonial con la baronesa Sybille de Selys Longchamps, de la cual nació Delphine Boël. A pesar de este hecho, Paola supo perdonar a su marido y continuaron juntos.
En el año 1993, el hermano de Alberto y cuñado de Paola, el rey Balduino, murió sin dejar heredero, por lo que ambos pasaron a convertirse en reyes de los belgas. Paola, al igual que Alberto, fue una reina muy querida por el pueblo belga por su constante cercanía y preocupación por el bienestar y economía de su país. El 3 de julio del año 2013 el rey Alberto II de Bélgica anunció que había tomado la noticia de abdicar en favor de su hijo, el rey Felipe de Bélgica.
En el año 2015, la princesa Paola tuvo que ser ingresada en el hospital debido a un fuerte problema respiratorio, del cual se recuperó después de pasar unos meses de descanso. Posteriormente, en diciembre del 2016 y en febrero del 2017, la reina tuvo que volver a ser ingresada debido a varias fracturas que había sufrido tras unas caídas.
La reina Paola y el rey Alberto tienen doce nietos, tres del rey Felipe de Bélgica y su mujer, la reina Matilde de Bélgica; cinco de la princesa Astrid y el príncipe Lorenzo y tres del príncipe Laurent y la princesa Clara. La hija del rey Felipe y la reina Matilde, la princesa Isabel, es la actual heredera al trono belga, pudiendo convertirse en la primera reina del país. Además, la reina Paola es también bisabuela de la hija de su nieto, el príncipe Amedeo de Bélgica, archiduque de Austria-Este.