Fue en marzo de 2020 cuando Carlos Falcó moría de forma inesperada a los 83 años después de haberse contagiado de coronavirus y de que su salud se complicara. Tras unos días hospitalizado, falleció sin estar acompañado de su familia en un momento muy delicado en el que han muerto muchas personas en similares circunstancias por la pandemia.
Su familia le despidió como pudo, aunque no tuvo un funeral al uso porque hacía poco que se había decretado el estado de alarma y el contacto entre personas en ese momento era mínimo. Transcurridos unos meses ha sido su hija mayor, Xandra, la que ha roto su silencio y ha contado que desea despedir a su padre de una manera más cercana, una promesa que le ha hecho y que espera poder cumplir pronto.
De su padre ha hablado con mucho cariño, resaltando lo que más le gustaba de él: "valores, la alegría, la positividad y el ser de verdad". La hija del Marqués de Griñón ha hablado con Carmen Duerto para La Razón y ha contado cómo le golpeó esta pérdida tan inesperada de su padre, que además fue muy dolorosa para la familia. "Fue todo tan repentino, tan rápido, que su muerte fue un momento difícil de entender. Han pasado tres meses pero aún resulta difícil y le vamos a echar de menos, pero yo sé que estará por encima nuestro cuidándonos", ha contado.
Una despedida llena de cariño
En estos momentos se ha refugiado en su familia y en el campo, algo que le reconforta y que hace que sienta a su padre más cerca. "A mi padre le celebraremos el funeral que a él le hubiera gustado y cuando se pueda porque con la pandemia no hemos podido. Haremos el funeral que se merece", ha concretado sobre cómo piensan despedirle.