Las reuniones sobre el G-20 están acaparando los titulares estos días, especialmente en lo que refiere a la posible intervención en Siria. El debate de este 6 de septiembre fue especialmente tenso, especialmente cuando un asesor ruso calificó a Reino Unido de "pequeña isla" pero consiguieron olvidar sus diferencias para disfrutar de una espectacular exhibición en el Palacio de Peterhof, San Petersburgo.
Mientras, David Cameron charlaba animadamente con ambos líderes mientras esperaba al comienzo del show. Teniendo como escenario una Rusia opulenta y grandiosa que se dejaba entrever en el vestuario de los actores, el show incluyó un despliegue de luz y sonido impresionante que dieron magia y música a la noche.
El ojo del huracán
Las charlas previas al espectáculo sobre qué hacer con Siria no fueron tan amigables como la actitud de los políticos en el Palacio de Peterhof. El representante de Putin ofendió visiblemente a Cameron cuando calificó a Reino Unido de "pequeña isla", aunque pronto trató de enmendar el error recordando las buenas relaciones entre ambos países. Por otro lado, él y Francia trataron de presionar a Rusia para que reconociese que había utilizado armas químicas en el ataque a Siria, acentuando más las diferencias entre estas tres potencias.
Está claro que la complicidad existente entre Putin y Cameron durante el espectáculo es el ojo del huracán de estas negociaciones.