Cabe destacar que al tratarse de una enfermedad de demencia, afecta a las funciones vitales y en ese momento le empezó a afectar en su día a día como para continuar trabajando. Uno de los últimos proyectos del actor fue la segunda parte de 'Noche en el museo', y el rodaje tuvo lugar unos meses antes de que tomara la decisión de quitarse la vida. El director de la película, Shawn Levy, vio que el actor tenía algunas dificultades, más que nada porque era conocido por su manera de improvisar y en ese sentido estaba perdiendo su esencia. "Robin estaba luchando de una manera que no había hecho antes para recordar el diálogo y combinar las palabras correctas para la interpretación", ha dicho el director. "Robin me llamaba, a las diez de la noche, a las dos de la mañana, a las cuatro de la mañana, y me decía: '¿Sirve? ¿Algo de esto sirve? ¿Apesto? ¿Qué está pasando?' Yo le tranquilizaba", ha añadido.
Sus últimos momentos
"Ese fue un momento realmente impactante", recordó Schneider en una entrevista en el programa 'Today'. "Cuando con tu mejor amigo, tu pareja, tu amor, te das cuenta de que hay un abismo gigante en alguna parte y no puedes ver dónde está. Eso simplemente no se basa en la realidad. Fue un momento difícil", ha añadido. "Le pregunté: 'Cuando lleguemos al final de nuestras vidas y miremos hacia atrás, ¿qué es lo que queremos haber hecho?", ha dicho Schneider. "Sin perder el ritmo, dijo: 'Quiero ayudar a la gente a tener menos miedo'. Pensé que era hermoso y le dije: 'Cariño, ya lo estás haciendo. Eso es lo que tú haces", ha concluido.