La influencer ha enseñado la realidad de su parto, su cuerpo horas después de dar a luz y se ha mostrado agradecida por los avances en la medicina.
Violeta Mangriñán se encuentra en una auténtica nube después de que se haya convertido en mamá por primera vez de la pequeña Gala. Ella y Fabio Colloricchio no pueden estar más felices tras su nacimiento, y ya son muchos los detalles que la influencer ha compartido a través de su cuenta de Instagram sobre cómo ha ido el parto y cómo han sido estas primeras horas siendo papás.
"Llevamos 48 horas sin dormir. Estamos felices pero destrozados de agotamiento", decía ella, contando la realidad a la que se enfrentan los recién estrenados papás, en una mezcla de sentimientos que hay que aprender a gestionar. Por otro lado, ha contado cómo se puso de parto y la pequeña complicación a la que tuvo que enfrentarse. "Estuve con contracciones tolerables hasta las 14:00 h pero rompí del todo la bolsa y empecé de inmediato con contracciones muy dolorosas e insoportables. Hora y media después pedí la epidural, estuve dilatando toda la tarde y fue bastante rápido. Tuve fiebre y escalofríos con tembleques justo poco antes del expulsivo".Más allá de eso todo ha marchado sobre ruedas, y ella misma se ha encargado de compartir la primera foto en la que se puede ver mejor la carita de su hija, aunque ha anunciado a sus seguidores que cuando estén en casa la enseñará mejor. Por otro lado, se ha mostrado muy natural porque ha compartido una imagen en la que se puede apreciar su marcada silueta horas después del parto.
Frente al espejo y con una foto de perfil escribía: "Lo más sexy que vais a ver hoy. Sigo con tripa y con unas braguitas dignas de un desfile de Victoria Secret, escozor horrible en mis partes y malestar general, yo he tenido un parto genial, así que todos mis respetos a las que tienen partos complicados, cesáreas, etc. No me quiero ni imaginar cómo debe ser". Agradecida por contar con anestesia
Asimismo, se ha mostrado muy agradecida por todos los avances en la medicina, diciendo: "Y todos mis respetos también a todos nuestros antepasados que vivían sin la existencia de anestesia. A todas esas mujeres que han parido sin tener la posibilidad de pedir anestesia y epidural, y a todas las que viven en países a las que acceder a la epidural es un lujo. Ayer me acordé de todos ellos, no somos conscientes de la suerte que tenemos".