El pasado 20 de enero de 2021 se producía un momento esperado por muchos: Donald y Melania Trump, Presidente y Primera Dama de los Estados Unidos desde 2017, abandonaban por última vez la Casa Blanca para ceder su puesto a Joe Biden, Presidente electo en las últimas elecciones -por mucho que le cueste reconocerlo al magnate- y a su mujer, Jill Biden.
Para el gusto de muchos, ambos cumplían con toda la parafernalia protocolaria saliendo de la que había sido su casa ante la presencia de los medios de comunicación. Los todavía marido y mujer -cuando tiempo seguirán siendo así tampoco nadie lo sabe- salían de la mano, algo que ya hacía tiempo no acostumbraban a hacer tras los repetidos desplantes de Melania a Donald Trump, mientras ella lucía una sonrisa y él una cara de no mucha alegría precisamente. En cuanto a atuendos: Melania de riguroso negro, gafas de Sol incluidas; él, también de negro, pero con camisa blanca y corbata roja.
Antes de subirse al helicóptero que los esperaba en el jardín de la Casa Blanca, ambos posaban ante los fotógrafos para dejar constancia de ese gran momento. Posteriormente ponían rumbo al estado de Florida, donde establecerán ahora su residencia familiar. Pero, a su llegada, la que había sido la Primera Dama más polémica de los EE.UU tenía una última sorpresa preparada y es que en pleno vuelo se había cambiado de look.
Cambio de ropa y de actitud
Del riguroso negro de la chaqueta de Chanel, el vestido de Dolce&Gabanna, el bolso Birkin de Hermès, los zapatos Louis Vuitton y las enormes gafas de Sol pasó a un colorido cafcán de cuello redondo, manga campana y largo hasta los tobillos con estampados geométricos en color crema, naranja y azul marino firmado por Gucci. Del apenado tono que lució en Washington al colorido de Florida. Melania Trump llegaba así a su nueva vida radiante, colorida y preparada para dejar atrás la estirada imagen de Primera Dama que más de alguna vez había demostrado claramente que no era mucho de su gusto.
President Trump arrives in Florida as Biden #Inaugurationgets underway pic.twitter.com/A5OqK7fOis
? Breaking911 (@Breaking911) January 20, 2021
Pero no fue la ropa lo único que se cambió la modelo en el avión, su actitud también era diferente en cuanto aterrizó el avión. Ya en su nuevo estado, la pareja tocaba tierra rodeada de otros tantos medios de comunicación que no se querían perder ni un paso de los personajes más polémicos del día. Donald Trump no dudaba en aprovechar la ocasión para acaparar unos cuantos flashes más y, quien sabe, si unos segundos de televisión. Pero Melania Trump, en cambio, ya no estaba para tanta parafernalia y quería, después de cuatro años, hacer lo que le diese la gana sin tener que rendir cuentas a un país entero. Así que, ni corta ni perezosa, dio plantón a los fotógrafos y se metía en el coche, dejando a su marido completamente solo.