Verónica Echegui y Álex García, la pareja de actores, han comenzado a ser investigados por la Policía Nacional por haber comprado supuestamente un certificado de vacunación Covid fraudulento a la red criminal desmantelada el pasado 25 de enero en Madrid, en la que apareció el nombre del cantante Omar Montes.
Según ha adelantado La Sexta, los actores habrían adquirido uno de estos pasaportes creados de manera ilegal y que se integró en el Sistema Nacional de Salud a través de una enfermera infiltrada que se encargaba de introducir los datos y de emitir certificados válidos, aunque sin dejar de ser un auténtico fraude. Todo parece apuntar a que gracias a este pasaporte falso habrían podido acudir sin ningún problema a la gala de los Premios Goya 2022 que fue celebrada en Valencia y en la que es obligatorio presentar el certificado de la vacunación contra el coronavirus.
Es más, la actriz salió victoriosa y se alzó con uno de los premios por su trabajo como directora en 'Tótem Loba', premiado como Mejor cortometraje de ficción, por eso no podía faltar a la cita. Por este caso de fraude a la Sanidad pública española ya hay siete personas detenidas que anunciaban sus servicios en aplicaciones de mensajería instantánea aprovechando algunos grupos de negacionistas. También ofrecían pruebas PCR falsas.
La investigación de este caso comenzó en enero, momento en el que se detectaron anuncios en los que se ofrecían estos dos servicios, no obstante, hasta este momento no han trascendido sus nombres y no han sido señalados. Pedían por las certificaciones fraudulentas de pruebas PCR negativas 50 euros, mientras que pedían entre 200 y 1000 euros a cambio de expedir pasaportes Covid en los que constaran dos o tres dosis de vacunación.
Pagaban en criptomonedas
Asimismo, se ha detectado que pedían el pago a través de criptomonedas, por cuentas que habían abierto en terceros países para hacer más complicado el rastreo por parte de las autoridades. Cuando hacían el pago, los interesados recibían un código QR mediante el cual se podía acceder al documento que hubiesen demandado, sin levantar ningún tipo de sospecha, porque los certificados eran completamente válidos gracias a la enfermera filtrada que alteraba los datos de los expedientes.