Detrás de un gran hombre hay una gran mujer, y en este caso al nuevo presidente de Francia, François Hollande, le acompaña Valérie Trierweiler, una periodista de 47 años que se ha convertido en la octava primera dama de la V República francesa.
Las primeras declaraciones de Valérie a través de las redes sociales cuando ya se hicieron públicos los resultados de las elecciones de Francia fueron: "Simplemente orgullosa de acompañar al nuevo presidente de la República y siempre feliz de compartir la vida con François".
La relación secreta de Valérie y François
El romance secreto del ahora presidente y Primera Dama de Francia comenzó en 2006, aunque no se hizo oficial hasta 2010, cuando se realizaron las elecciones primarias del Partido Socialista. Fue desde ese momento cuando sus apariciones públicas se hicieron más habituales, llegando a acompañar como pareja oficial a François en los últimos mítines de estas pasadas semanas.
Debido a ese vínculo sentimental que les une, Valérie decidió dejar de lado la rama política que acompaña a su profesión como periodista; aunque no ha renunciado del todo a su vocación informativa. Es obvio que no tiene el tirón mediático que tenía su predecesora Carla Bruni, pero tiene muchos más conocimientos políticos y de los medios de comunicación que la hacen permanecer en la sombra pero con la batuta de la carrera política de su pareja.
De hecho se le atribuye a la periodista el gran cambio que François ha experimentado durante este último año y medio: su pérdida de peso, cambio de aspecto, retoques estéticos, etc. algo que ha sentado muy bien para la imagen del nuevo Presidente y que ha influido para alzarse con la victoria.
Valérie, amante de la política
Valérie estudió Historia y Ciencias Políticas en La Sorbona de París. La periodista y François se conocieron cuando ella tenía 23 años, sin embargo no surgieron las chispas del amor, ya que Hollande estaba absorto por la política como consejero de Mitterrand. Tras dos divorcios, Valérie encontró el amor con el ahora presidente de la República, aunque de momento no piensan en boda: "No queremos casarnos por obligación, es un tema que concierne a nuestra vida privada".
Trierweiler está muy enamorada de su pareja, de su profesión y de todo lo que rodea a Hollande: "Me encanta escuchar a François. Por supuesto, aplaudir al hombre que amo y seguir siendo periodista no me supone un problema. Ya no. Le aclamo con los brazos en alto, como la mujer de un futbolista", ha declarado.