Sin duda alguna, y ahora bajo el amparo de una resolución judicial, el caso de plagio de Pharrell Williams y Robin Thicke se ha resuelto. Un tribunal federal de Los Ángeles ha fallado que ambos artistas son responsables de un delito de plagio por el tema 'Blurred Lines', canción que plagia a 'Got To Give It Up' (1970), obra de Marvin Gaye.
Además de las declaraciones y la defensa, parece que el caso se ha resuelto gracias a las evidencias técnicas que uno mismo puede comprobar al escuchar el tema original de 1970. En el juicio intervino a favor de los herederos de Gaye, un musicólogo que probó que 'al menos había ocho elementos coincidentes en ambos temas'.
El bajo, las melodías y tono de los teclados y su estructura ha sido una prueba que a partir de ahora, pondrá en tela de juicio el éxito, la carrera profesional así como la forma de trabajar de ambos artistas.
El éxito, en tela de juicio
Además de la mancha en las carreras musicales de los dos artistas, el juez ha establecido el pago de una multa a los familiares, una cifra de 7,3 millones de dólares, poco en comparación con el beneficio que ha reportado este éxito de 2013, un tema que sumó 4,6 millones de discos vendidos.
Aunque los dos cantantes negaron hasta el último momento esta acusación de plagio, el veredicto se llevará a cabo. Según El Mundo, Pharrell y Thicke habrían ingresado cinco millones de dólares cada uno, sin contar los entre 5 y 6 millones que ganó la discográfica.