Cuando se recuerda una tragedia que asoló a la Familia Real Británica casi todo el mundo pensará automáticamente en la muerte de Lady Di. Su pérdida prematura cuando solo tenía 36 años, y más teniendo en cuenta que fue en un accidente de tráfico en París cuando escapaba de los paparazzi, que dejaba huérfanos a dos adolescentes, que era la mujer más famosa del mundo y protagonista de una triste historia de desamor royal, así como que su fallecimiento haya sido objeto de teorías conspirativas, hace que sea la gran tragedia de la dinastía.
Sin embargo, hay una tragedia que no siempre viene a la mente y que no tiene nada que ver ni con Lady Di, ni con la abdicación de Eduardo VIII, la enfermedad y muerte de Jorge VI, los fracasos matrimoniales de los hijos de la Reina Isabel y el Duque de Edimburgo o incluso los trágicos fallecimientos del Príncipe Juan, hijo de los Reyes Jorge V y Mary, del Duque de Kent o del Príncipe Guillermo de Gloucester. Hubo una muerte más que sacudió a la dinastía y la llenó de dolor, sobre todo por las circunstancias en las que ocurrió.
El asesinato de Lord Moutbatten a manos del IRA
Se trata del asesinato de Lord Mountbatten, tío carnal del Duque de Edimburgo, que más que un tío fue como un padre para él, así como un abuelo para el Príncipe Carlos, que le adoraba. Su muerte, narrada en el primer capítulo de la cuarta temporada de 'The Crown', ha recordado esta tragedia que la Familia Real Británica tuvo que asumir el 27 de agosto de 1979, y que si bien muchos recordaban, no todo el mundo tenía claro cuál había sido el triste destino de ese militar de sangre azul que tanta influencia tuvo en los dos hombres más importantes de la Casa Real Británica.
Aunque la serie de Netflix se toma licencias creativas con respecto a la última conversación entre el que fuera Virrey de La India y su sobrino nieto Carlos, así como con una carta que nunca se escribió y que tampoco el Príncipe Carlos recibió cuando Lord Mountbatten había muerto, sí es cierto que el tío del Príncipe Felipe murió asesinado como se cuenta en 'The Crown'.
Aquel verano de 1979, los Mountbatten se encontraban de vacaciones en Irlanda del Norte, concretamente en el Castillo Classiebawn en Sligo, propiedad heredada por la ya entonces fallecida Lady Edwina Mountbatten. A pesar de la amenaza que representaba el IRA, ni Lord Mountbatten ni su familia creyeron estar en peligro por seguir veraneando en una zona cercana a Irlanda del Norte en la que se refugiaban terroristas del IRA. El 27 de agosto de 1979, Lord Mountbatten salió a pescar en el Shadow V, una embarcación fondeada en el puerto de Mullaghmore sin vigilancia en la que terroristas del IRA había colocado la noche anterior 23 kilos de explosivos.
El bisnieto de la Reina Victoria había salido a navegar con su primogénita, Patricia Knatchbull, su yerno, John Knatchbull, dos de sus nietos, Nicholas y Timothy, de 14 años, así como su consuegra, Doreen Knatchbull, y un joven tripulante llamado Paul Maxwell. Cuando ya se habían hecho a la mar, los terroristas que les vigilaban desde la costa accionaron la bomba por control remoto. El barco estalló, muriendo en el acto tanto Nicholas Knatchbull como Paul Maxwell. Lord Mountbatten, objetivo del atentado, fue rescatado con vida, pero murió poco después. Al día siguiente fallecía Doreen Knatcbull, consuegra de Lord Mountbatten, mientras que el matrimonio Knatchbull y su hijo Timothy lograron salvar la vida.
Un funeral de Estado para Lord Mountbatten
La Familia Real Británica se encontraba de vacaciones en Balmoral cuando recibieron la noticia de la muerte de Lord Mountbatten y sus familiares, lo que llenó de dolor principalmente a la Reina Isabel, al Duque de Edimburgo y al Príncipe de Gales, que perdía así a su consejero, confidente, tío abuelo y abuelo honorario, como le gustaba llamarle. El 5 de septiembre de 1979 se le dio un funeral de Estado en la abadía de Westminster al que asistieron no solo miembros de la Casa Real Británica, sino de otras Casas Reales. España fue representada por el Conde de Barcelona, que además era primo segundo de Lord Mountbatten por la rama Windsor y sobrino segundo por la línea Hesse-Battenberg-Mountbatten. El funeral fue televisado y contó con una lectura del Príncipe de Gales. Posteriormente fue enterrado en la abadía de Romsey.
El único terrorista condenado fue Thomas McMahon, que a pesar de ser sentenciado a cadena perpetua, fue liberado en 1998 por el Acuerdo de Viernes Santo. Uno de los supervivientes del atentado, Tim Knatchbull, nieto de Lord Mountbatten, habló de la tragedia en la que perdió a tres familiares y un amigo. "No podía ver y apenas podía oír", recordó el aristócrata, que afortunadamente pudo recuperarse de sus heridas. Como secuela perdió algo de visión en el ojo derecho, aunque a nivel psicológico hay heridas que tardaron más en sanar. Logró finalmente aceptar que su hermano gemelo había sido asesinado, y pudo en ese momento perdonar a los terroristas. En el libro 'From A Clear Blue Sky' habló también sobre lo bien que se había portado la Familia Real Británica con ellos, sobre todo la Reina Isabel, el Príncipe Felipe y el Príncipe de Gales. Sobre la Monarca, el nieto de Lord Mountbatten recordó unas vacaciones en Balmoral en las que se comportó con mucha amabilidad maternal con él y con su hermana Amanda, y lo mucho que apoyó a su madre: " Cuando mi madre, su buena amiga, se vino abajo, la Reina intervino ", añadió también Tim Knatchbull.
El abuelo honorario del Príncipe Carlos
La muerte de Lord Mountbatten no solo era el fin de una era. Se acababan así también las esperanzas del que fuera Jefe del Estado Mayor de la Defensa de Reino Unido de casar a una de sus nietas, Amanda Knatchbull, con el Príncipe Carlos. Se especula con que la aristócrata rechazó a su primo segundo por el asesinato de sus abuelos y su hermano, aunque a ello se le une que su vínculo era demasiado familiar para derivar en una relación marital y que Amanda Knatchbull no estaba dispuesta a ser Princesa de Gales.
Eso sí, la muerte de su abuelo honorario le hizo recordar los consejos que le había dado años atrás, cuando le dijo que aunque tenía derecho a divertirse durante su juventud, debía olvidarse de Camilla Parker Bowles y escoger a una chica dulce, de buen carácter y sin pasado para casarse con ella y perpetuar la dinastía. A la vista está que le hizo caso a medias.