Hay quienes nacen con una barra de pan bajo el brazo, y hay otros que se la tienen que buscar. Algunos famosos no se escapan, y aunque ahora llevan un estilo de vida caracterizado por el lujo y la ostentación, tiempo atrás fueron como tú o como yo, y tuvieron que trabajar duramente para llegar hasta donde están.
Muy típicos son los casos de actores y actrices de Hollywood que se dedicaron a servir mesas para poder pagar sus facturas mientras vagaban de un casting a otro para conseguir participar en alguna película o serie. Sin embargo, hay otros que fueron mucho más allá y dedicaron los primeros años de su vida laboral a desempeñar trabajos un tanto más extraños. Estos son los trabajos más raros que tuvieron los famosos antes de serlo.
Patrick Dempsey, malabarista profesional
El guapo actor de 'Anatomía de Grey', que acabaría enamorando a todos con su espectacular físico, guardaba otros talentos además del de la interpretación y de su llamativo atractivo. Dempsey era un experto en hacer malabares y así se ganó la vida durante una etapa de su vida. De hecho, llegó a quedar en el segundo puesto en la competición internacional de malabaristas en 1982 y 1983.
Por fortuna para sus fans, finalmente Patrick Dempsey decidió dedicarse a la interpretación y pasó de utilizar sus manos para hacer malabares a salvar vidas humanas con ellas, o al menos, eso hacía en la ficción que le llevó al éxito.
Whoopi Goldberg, maquilladora de muertos
La actriz que ganó un Oscar por su papel de médium en 'Ghost' también experimentó algunas experiencias con los muertos en la vida real, mucho antes de dedicarse a la interpretación. Goldberg confesó en el programa de Oprah Winfrey que en su juventud se dedicó a maquillar muertos en una funeraria.
Goldberg reveló a la presentadora que vio la oferta en el periódico y decidió llamar, porque ella ya tenía el título de esteticista. Aunque afirma que le gustaba su trabajo, reconoce que no es un trabajo para todo el mundo : "Tienes que ser un cierto tipo de persona. Y debes amar a las personas para que sean dignas de una gran despedida".
Ashton Kutcher, vendedor de sangre
Antes de convertirse en multimillonario, el sexy actor de 'El efecto mariposa' lo tuvo muy crudo para lograr sobrevivir en un pequeño pueblo de Iowa. Con un hermano enfermo, Kutcher desempeñó toda clase de trabajos para poder ganar algo de dinero. Entre otras profesiones, se dedicó a barrer el suelo de una fábrica de cereales, y más adelante empezó a ganar efectivo extra a base de realizar donaciones de sangre.
Kutcher empezó a estudiar Ingeniería Bioquímica en la Universidad de Iowa, pero no llegó a terminarla. Finalmente, consiguió trabajo como modelo y acabó convirtiéndose en el aclamado actor que conocemos hoy.
Megan Fox, plátano gigante
La que fuera coronada como la mujer más sexy del mundo por la revista FHM en 2008, no siempre se ganó la vida luciendo una imagen perfecta. De hecho, en uno de los trabajos de la actriz, tenía que vestir un espantoso traje de plátano para promocionar una tienda de batidos.
Así lo confesaba en el show de Ellen DeGeneres, explicando que este era el único oficio que había tenido que no consistía en sentarse y mostrarse divina. Teniendo en cuenta su espectacular belleza, no es de extrañar que finalmente la actriz decidiera vivir de su imagen.
Tim Allen, camello
Aunque literalmente no se trate de un trabajo que se pueda poner el curriculum, Allen se ganaba la vida en los años 70 como traficante de drogas. El chollo se le acabó cuando en 1974 fue detenido en el aeropuerto de Michigan al ser sorprendido con más de medio gramo de cocaína. El actor llegó a ingresar en prisión, pero salió a los dos años por proporcionar a la policía nombres de otros vendedores.
Una vez reinsertado, el artista alcanzó la fama en 1990 con el estreno de 'Un chapuzas en casa', y desde entonces es todo un icono del cine familiar, prestando su voz a la versión norteamericana de Buzz Lightyear en 'Toy Story'
Nicole Kidman, acomodadora
Resulta chocante que la actriz cuya interpretación de Virginia Woolf en 'Las horas' le permitió ganar un premio Óscar, comenzara su carrera cinematográfica como acomodadora de un cine de Sidney, uno de sus primeros trabajos.
Además, con 17 años, Nicole Kidman trabajó como masajista terapeútica para ayudar a su madre, que fue diagnosticada de cáncer de mama. Finalmente, tanto esfuerzo mereció la pena y la australiana se ha convertido en una de las actrices mejor pagadas del momento.
Channing Tatum, stripper
El actor que provoca que suba la temperatura cada vez que menea la cadera, ha confesado en más de una ocasión que su sensual forma de moverse en la pista de baile se debe a que trabajó como stripper en un club nocturno cuando solo tenía 18 años.
De hecho, el actor ya dejó bastante claro que no le importa desnudarse delante del público cuando se alzó protagonista de 'Magic Mike' y 'Magic Mike XXL', películas en las que interpreta a un joven que se desnuda por dinero en un club de estriptis. Una vez más, la realidad supera -o se anticipa- a la ficción.
Ozzy Osbourne, verdugo de animales
No resulta muy sorprendente que el emblemático cantante de 'Black Sabbath', bautizado con el pseudónimo de 'Príncipe de las tinieblas', pasara algunos años de su vida sacrificando animales en un matadero. "Yo era el encargado de rajar el estómago a los corderos y sacar toda la porquería y las vísceras del animal. El primer día no podía dejar de vomitar, pero más tarde me di cuenta de que me gustaba matar a esos animales", confesaba el rockero en su autobiografía.
El artista se ha visto envuelto en varias polémicas al ser acusado de maltratar a los animales. Lo cierto es que, aunque pueda perdonarse lo de trabajar en un matadero por tratarse de un oficio, sí que resulta muy éticamente cuestionable que reconozca abiertamente que aquello le producía placer.
Christopher Walken, domador de leones
Antes de participar en películas tan exitosas como 'Pulp Fiction', 'Batman Returns' o 'Hairspray', el actor ganador de un Óscar se dedicó a domar a una leona de circo cuando solo tenía 16 años.
Según revelaba él mismo a Indiewire, la felina se llamaba Sheeba y era bastante dócil y cariñosa: "Ella venía y se pegaba a tu pierna, como un gatito de casa", aseguraba Walken. Por fortuna, el artista cambió las fieras por las cámaras y terminó conquistando a los espectadores de todo el mundo y convirtiéndose en un actor de referencia.