De todo ello, tanto de lo bueno como de lo malo, ha escrito Toñi Moreno en su libro 'Madre después de los 40, la verdad del cuento'. Una obra que escribió durante el confinamiento domiciliario provocado por la pandemia sanitaria mundial del coronavirus y en el que se ha sincerado sobre todos los momentos por los que ha ido pasando, además de confesar que, antes de tener a Lola, sufrió dos abortos, y hablar también de adopción o gestación subrogada.
Toñi Moreno: Lo que sí me había imaginado era como madre. Lo de escribir un libro nunca, de hecho no pensaba escribirlo. Lo he escrito porque llegó el confinamiento, empecé a tener más actividad en las redes sociales, la gente me preguntaba y pensé a lo mejor puedo ayudar a alguien. Pero no era una de las cosas que tenía en mente. Comento un poco en tono de broma que ahora, después de estos meses, el libro lo leo y me ruborizo, no he podido abrirme más, es una catarsis tú sola en una habitación, con las hormonas, digo Dios mío cómo pude hacer eso. Pero a lo hecho pecho.
T.M.: No, no. Empecé a releerlo y ya en el primer capítulo dije 'mira, no lo voy a leer porque me voy a cabrear conmigo muchísimo'. Cuando lo hice en su momento lo hice con todo el corazón, pues bien hecho está.
"El buen momento para tener un hijo es el momento que elijas"
B.: ¿Por qué para las mujeres nunca es un buen momento para ser madres?
T.M.: En mi caso fundamentalmente fue un tema exclusivamente laboral. Primero porque no tenemos ayudas, y si quieres tener una carrera profesional no es compatible. En mi caso mi trabajo es un trabajo muy inestable y cuando tenía un programa que me funcionaba no me atrevía a quedarme embarazada porque a ver si tenía un mal embarazo e iba a perder mi lugar, y cuando me quedaba parada, que me ha pasado pocas veces afortunadamente, decía y ahora cómo me embarco en un embarazo... Ahora, con todo lo que he vivido, diré que el buen momento para tener un hijo es el momento que elijas, ese es el bueno. Yo me arrepiento muchísimo de no haberlo antes porque al final siempre tiras para adelante, nunca es un buen momento pero tiras para adelante y un niño siempre es lo mejor. Yo ahora si me preguntaran seguramente lo hubiese tenido joven, a los veintitantos, y hubiese tenido cinco.
B.: Cuando intentaste quedarte embarazada por primera vez tenías mucho trabajo y el embarazo no llegaba nunca, esa presión que te generabas tú misma... El estrés es un factor fundamental en un embarazo.
T.M.: El estrés te dicen los médicos que es una parte importantísima. Yo creo que me he quedado embarazada esta vez porque no me lo tomé como nada determinante. Yo pensé si me quedo perfecto y si no me quedo pues voy a ser feliz siendo la tía. Realmente yo creo que eso te descarga de presión y por eso quizá me he quedado.
B.: Y cuando llegó el embarazo, cuentas con cierto humor que pasaste todos los síntomas habidos y por haber que pueden surgir a lo largo de la gestación.
T.M.: Todos, todos. Yo los leía muy aplicada y decía no pasa nada porque qué mal lo estoy pasando pero sé que esto termina en el tercer mes. Pero claro en el cuarto mes aparece otro.. Lo he querido olvidar. Yo los nueve meses, cuando entré por esa puerta del hospital, yo soy la peor para los dolores, soy una cagona, y sin embargo entré a parir como la que va a la Feria de Abril. Yo lo que quería era que acabara esa tortura. Yo decía voy a pasar 24 horas muy malas pero luego voy a volver a ser yo. Y el postparto está siendo igualmente duro porque Lola tiene 10 meses y yo todavía no me he recuperado. Esas cosas hay que contarlas y no pasa nada.
B.: De hecho lo que menos se cuenta esa montaña rusa hormonal tanto durante el embarazo como después.
T.M.: Yo no puedo decir que he tenido depresión postparto porque mentiría. Cuatro días triste y mal no se puede llamar depresión postparto, pero es verdad que no podía parar de llorar los cuatro primeros días. Y me dijo la doctora 'todo esto es hormonal y se pasará'. A mí me dijo '¿tienes con quién dejar a la niña?' y le dije 'sí'. Me dijo 'quédate cuatro días durmiendo seguidos'. Eso hice y me levanté al cuarto día nueva. Realmente hay mucho hormonal en todo esto y nos tiene que cuidar. La gente que te rodea no entiende cómo no puedes estar súper feliz, acabas de tener una niña preciosa, era el deseo de toda tu vida y no entienden por qué no puedes dejar de llorar. A veces no lo entiendes ni tú.
B.: ¿Se debería hablar más del postparto y de todo lo que conlleva?
T.M.:Hay que hablar más de todo lo que nos afecte en la vida, yo soy muy de hablar las cosas y la gente que no habla los temas se enquistan. Pero esto, por ejemplo, ahora yo sabiendo lo que sé repetiría porque ya no conozco a mi hija y porque tiene cara y es lo mejor que me ha pasado en la vida, pero hay muchas cosas que me hubiese gustado saber y a lo mejor me lo hubiese pensado más. Porque realmente hay momentos que son maravillosos y hay momentos que son muy duros. Y no pasa nada, conociendo esa realidad luego tú ya tomas una decisión Me gustaría que alguien me hubiese dicho 'te vas a sentir de esta manera' y entonces tú vas con otra actitud. A mí hay momentos donde me ha superado todo esto, de verdad.
B.: ¿Alguna vez has pensado es que no sé si voy a poner con esto?
T.M.: Y de arrepentirse. En alguno momento incluso me arrepentí, en el embarazo sobre todo porque lo he pasado muy mal. Entonces yo decía con lo bien que he vivido sola y con lo bien que estoy y lo interesante que es mi vida,... ¿por qué me lío en esto? Y luego es verdad que las señoras mayores dicen una cosa que a mí me encanta que es 'se te olvida porque nadie repetiría'. Fíjate cómo es la frase. Y todo encaja porque yo ahora con 10 meses la niña, no voy a repetir, pero es verdad que mentalmente sí me sentiría con fuerzas como para repetir.
"En algún momento incluso me arrepentí"
B.: Da la sensación de que lo cuentas con humor pero cuentas cosas que, en el día a día,... se hacen muy duras como puede ser el capítuo de que en tres meses habías cogido diez kilos.
T.M.: Claro, es que hubo un momento que tuve que tomar cartas en el asunto porque propocionalmente iba a morir y luego tenía un antecedente, que mi madre no sé si engordó 30 kilos en el embarazo de mi hermana. Entonces yo dije, no puede ser. Luego ya realmente incluso bajé, lo regulé y lo controlé. Pero los tres primeros meses comí como una condenada. Por ello llamé a Raquel López, la coautora del libro, que da consejos sobre cómo llevar un embarazo bien llevado, que no fue mi caso... Lo pasé mal porque además no podía hacer nada lo que me decían. Quedábamos para hacer deporte y yo no podía levantarme de la cama. Y te voy a decir una cosa, no fue un mal embarazo porque hay gente que se lleva los nueve meses en la cama... Yo presentaba tres programas. Llegaba, me colocaban, soltaba yo mi rollo y me iba a mi casa. Ahora veo la ropa de cuando estaba embarazada y me vuelven otra vez las mismas sensaciones, no me he podido volver a poner nada de lo que ahora me pudiera estar bien como un jersey ancho, no he podido..
B.: Además tu confesaste algo tan 'normal' como que no eras una persona deportista y entonces no te ponías a hacer deporte.
T.M.: Y porque no podía.. Yo ahora una de las cosas que le digo a la gente es 'haz deporte' porque es verdad que cuando llega el momento, un cuerpo que ha hecho deporte siempre agradece muchísimo. Y yo lo he pasado muy mal también porque yo no tenía masa muscular. A mí mi niña me ha reventado las lumbares... Yo ahora es cuando estoy haciendo deporte y siendo constante y estoy muy contenta con mi cambio de vida.
B.: Y ahora, después de diez meses, dices que vives agotada pero porque la realidad de ser madre es muy bonita pero muy dura.
T.M.: Claro, pero no me quejo. Estoy agotada, no he dormido porque está con los dientes, luego los mocos... Cada etapa es un mundo. Es duro pero también es muy gratificante, volvería a repetir mil millones de veces.
B.: Parece que la sociedad todavía 'castiga' algunos comportamientos, pero tú hablas abiertamente de que no has dado el pecho a tu hija.
T.M.: Yo tenía mucho miedo a la hora de decirlo porque decía me van a poner verde. Pero esa es la realidad. Yo no di el pecho a mi niña porque yo emocionalmente no estaba bien y sabía lo que era dar el pecho, porque lo había visto en casa a mi hermana y sabía lo sacrificado que era, y yo no estaba preparada para si me salía mal la historia. Yo necesitaba cuidarme para que mi hija tuviera una madre bien psicológica y emocionalmente, era una prioridad. Vi que la niña nació fuerte, lo hablé con la pedriatra y me dijo 'no pasa nada'. Y la niña no se ha puesto mala en diez meses y está fuerte y grande.. Me podría haber salido mal pero la realidad es que yo no he estado bien y si yo no estaba bien.. Necesitaba recuperarme mi cabeza, fue una decisión que la tomé pensando en mí claramente, y en mi niña, que quería que tuviera una madre preparada para todo lo que viniese.
B.: Te pillaron los primeros meses de maternidad en pandemia, pero ahora ya has vuelto al pie del cañón al trabajo. ¿Cómo llevas compaginar maternidad y trabajo?
T.M.: Pues como puedo y como todas las madres de este país, tirando de unos y de otros. He apuntado a la niña a la guardería porque además soy de la mentalidad de que tienen que rodearse y relacionarse con mucha gente de todo tipo. Yo la llevo, unos días la dejo más horas, otros menos.. Luego tengo a mis hermanas, que me ayudan muchísimo. Pues como todo el mundo, también mi niña tiene una madrina que es mi mejor amiga y me está ayudando muchísimo. Que no estoy sola, soy madre soltera pero tengo una red familiar muy importante.
B.: Todavía hay que abrir un poco la mente con el concepto de familia.
T.M.: Claro. Yo estoy sola con mi niña porque no tengo pareja, pero no estoy sola, estoy rodeada de mucha gente. Hemos dado pasos agigantados en los últimos años sobre eso. Yo lo iré notando y si veo algún tipo de historia o rechazo lo denunciaré, pero creo que hay mucha gente que ha hecho mucho bien contado su historia y normalizando... Yo cuando escribí el libro me decían y vas a contar que tu niña es por ovodonación y yo dije 'pero es que es la verdad'. Y mi niña va a saber su verdad y va a vivir con su verdad en una casa llena de amor y sin ninguna carencia en ese sentido.
B.: De hecho los niños normalizan todo ello más que los adultos.
T.M.: Totalmente. Somos nosotros los que lo hacemos complicado.
B.: En su momento te planteaste adoptar. Si ahora mismo pudieras ir atrás en el tiempo, ¿darías el paso definitivo?
T.M.: Si pudiera echar el tiempo atrás yo adoptaría porque creo que es lo más coherente con mi manera de pensar. Yo creo en el amor y en la fuerza del amor y hay muchos niños con esas carencias. Pero a mí me pilló bastante mayor a la hora de tomar esa decisión.
B.: También nos hablas de la gestación subrogada. ¿Crees que se debería regular en España?
T.M.: Creo que sí. De hecho creo que hay tantos problemas porque no está regulada. Yo estoy en contra de la utilización de la mujer para cualquier historia y donde haya dinero de por medio. Pero yo he vivido la gestación subrogada de dos amigos míos. He comprobado que la señora que lo estaba haciendo desde Chicago había una transacción económica, ¡pero es que mis donantes también han cobrado!, pero no lo hacía por dinero -cobró 18.000 dólares y yo creo que eso no es dinero después de haberte embarazado-. Yo creo que las cosas se pueden hacer si está regulado y cuando nadie se aprovecha de una posición de superioridad frente a otra persona, cuando nadie explota a nadie. Yo creo que una buena solución también podría ser que se hiciera de forma altruísta, que una mujer que quiera hacerlo por otra pareja.. No sé cuál es la solución, pero que hay que regularlo sí.