El saltador olímpico respondió a algunas preguntas de sus fans para The Guardian revelando algunos problemas que ha tenido que superar.
Tom Daley ha concedido una entrevista al medio The Guardian y ha sido ahí donde se ha sincerado sobre algunos aspectos completamente desconocidos de su vida privada. Durante la intervención se sinceró sobre sus problemas con la imagen corporal y afirmó que ha luchado mucho para no sentirse culpable y avergonzado después de comer después de que un fan le preguntaran si era apropiado decir que sufrió un trastorno alimenticio, basándose en el relato de sus memorias 'Coming Up for Air'.
El saltador olímpico afirmó que solía hacerse vomitar en 2012, se pesaba todos los días y tenía una relación muy extraña con la comida y la imagen de su cuerpo "Supongo que no era un trastorno alimenticio como tal, sino una manifestación leve", ha dicho al respecto. Daley criticó el silencio existente alrededor de este tema con respecto a los hombres: "Los hombres parecen no tener nunca desórdenes alimenticios, así que es difícil hablar de ello. Aún así, me considero alguien que ha luchado mucho con la imagen corporal".No culpa a los medios
Las preguntas sobre los problemas de Daley con la alimentación continuaron: "No creo que mis problemas de imagen corporal tengan que ver con los medios", matizó, para añadir: "Los problemas con mi imagen estaban dentro de mi deporte... me hicieron creer que tenía sobrepeso y que para poder desarrollar mejor mi carrera debía perder peso". El saltador aseguró que la sexualización y exposición de los deportistas hace que siempre quieran tener un físico mejor aunque la gente no lo entienda, por lo que intenta desconectar de las presiones del trabajo en su vida diaria.
Tejer y pasar tiempo con su hijo, Robbie Ray, que comparte con su marido Dustin Lance Black, le ayuda a alejar las preocupaciones relativas al deporte. "Necesito dormir mucho, y me gusta comer, así que si no hay comida en casa, probablemente esté de mal humor", dijo.
Finalmente, recordó la importancia de relativizar los malos momentos con el fin de que no empañen todos los logros conseguidos: "Un mal día es un día en una semana, un mes... en toda una carrera de cosas que han ido muy bien. Hay que tratar de reconocerlo y salir adelante", aseguró.