La obra La curva del camino abre la exposición site/non-site de Paul Cézanne que acoge el Museo Thyssen Bornemisza y que inauguró la propia Carmen Cervera el pasado lunes 3 de febrero. Al igual que en la obra del pintor francés, una gran roca impide continuar el camino, la baronesa Thyssen tiene su propio obstáculo para continuar su camino hacia una reconciliación con su hijo Borja.
Las diferencias y la distancia con su hijo mayor son cada vez más acusadas y a Tita le invade una gran pena y un gran nerviosismo cuando se le menciona la difícil y dura situación familiar que vive desde hace ya casi seis años. Precisamente los que ha cumplido su nieto mayor, Sacha, y con quien la baronesa ha podido hablar el día de su cumpleaños "he felicitado a mi nieto por sus seis años" afirmó, añadiendo también "le he hecho un regalo", aunque no ha desvelado de qué se trataba el presente.
Carmen Cervera, contenta pero nerviosa
Emocionada con el resultado y la buena acogida de la exposicion, que visitó hace 30 años con el Barón Thyssen, Tita se mostró apesadumbrada al ser consciente de que, una vez más, su hijo Borja era el gran ausente "claro que lo echo de menos" aseguró con rotundidad.
Visiblemente más delgada y arropada en todo momento por su amiga Mercedes, con quien mantuvo entretenidas charlas en francés mientras se perdían entre los cuadro de Cezanne, Tita, cuya sonrisa era la viva expresión del nerviosismo, aseguró no saber qué críticas podían haber hecho llorar a su nuera Blanca Cuesta "no sé a qué críticas se refiere" dijo.
Muy favorecida con un sobrio traje de chaqueta y pantalón negros que animó con un original bolso de pailletes en azul eléctrico de Sonia Rikyel, Carmen Cervera hizo gala de su simpatía y cercanía con sus invitados, con los que no dudó en fotografiarse además de compartir unas minicroquetas y brindar con vino blanco.