Después de disfrutar de su familia durante su primer día y medio de libertad, Isabel Pantoja ha abierto las puertas de Cantora a sus amigos para compartir con ellos una jornada festiva y alegre con la que olvidar los seis meses que ha pasado encerrada en Alcalá de Guadaíra.
Hasta allí irán numerosas personas con las que Isabel Pantoja no comparte sangre, pero sí una buenísima amistad. Entre ellos se encuentran Luis Rollán y Raquel Bollo, que más que amigos son familia de la tonadillera; sin embargo, no es todo oro lo que reluce.
Según señala El Programa de Ana Rosa, los colaboradores televisivos acudirán a la fiesta y no se les va a cerrar la puerta en las narices, pero lo cierto es que su presencia es muy controvertida. Los Pantoja están enfadados con ellos, y la razón no es otra que el trato que han dado a la persona que más preocupa a la cantante, su madre Ana. Doña Ana es muy mayor y está delicada, y por eso Isabel Pantoja valora a las personas que han estado pendientes de ella mientras se encontraba en presidio. Rollán y Bollo no se han preocupado de la anciana como la tonadillera esperaba.
El enfado de Agustín Pantoja con Luis Rollán y Raquel Bollo es más que evidente, pero no va a crear conflictos por el bien de su hermana Isabel, que está exultante de felicidad y desea pasar un buen rato con todos sus amigos manteniendo los rencores aparte.
Isabel Pantoja, feliz con los suyos
Antes de los reencuentros con los amigos llegaron con la familia. Su hermano Agustín fue el encargado de recogerla en la cárcel, y con él se marchó a Cantora en coche. Una vez en su finca, el primero en abrazarla fue su nieto Francisquito, seguido de su hijo Kiko y de su madre, Ana. Más tarde llegó Anabel Pantoja, que trajo consigo a Alberto, hijo de Chabelita.