Teresa Andrés Gonzalvo está a punto de vivir uno de los días más felices de su vida, su boda junto a su pareja Ignacio Ayllón. Después de todos los preparativos la influencer y el profesor van a celebrar su boda en El Monasterio de Santa María de El Puig, en la tierra natal de la novia, Valencia. Ambos han querido compartir en sus redes sociales uno de los últimos imprevistos que les han surgido y que casi les cuesta su boda.
En una pregunta hacia la pareja de la influencer, un seguidor le preguntaba por lo más complicado de organizar: "El expediente matrimonial, sin duda. Nos han dicho que nunca hay problemas, pero literalmente hasta el día de hoy no nos han validado el expediente matrimonial " ha comenzado respondiendo. "Hasta ayer, parece que no iba a haber boda. Nos os imagináis el sinvivir en el que hemos estado con este tema", ha dicho.
La influencer también ha hablado del asunto en las historias de su cuenta de Instagram: "Estamos llevando nuestro expediente matrimonial a El Puig, el Monasterio, porque ya era hora y no nos lo han aceptado hasta última hora. Os recomiendo que lo pidáis con tiempo". Además, también han querido compartir la felicidad y la tranquilidad que sienten poco antes de que comience la celebración del gran día de la pareja.
El profesor también ha recibido algunas preguntas que se interesan por el vestido de la novia, preguntándole cómo se lo imagina: "Un día ella me lo preguntó. Intenté hacer un boceto pero dibujo muy mal, un día decidle que os lo enseñe", ha dicho. A pesar de ello, ha dejado claro cómo piensa que va a ser: "Una cola enorme, enorme, algo de encaje, velada, con cuello recto y algo de hombreras", ha dicho.
Todo listo para el gran día
Así, también han dado detalles sobre cómo será la boda, algo que empezó la influencer, hablando de los tres vestidos que va a llevar a la ceremonia y de que su hermano será el encargado de llevarla al altar. Por su parte, Ignacio, ha contado que su traje tiene un toque clásico con inspiración de la Casa Real inglesa. Además, ha contado que va a ser una boda íntima, con unos 200 invitados, para la que ya está todo preparado.