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Su antiguo despacho le reclama 6 millones de euros
A este hecho se le sumaba también un supuesto delito de competencia desleal por parte de Albert Rivera hacia el bufete, o al menos esto también lo denunciaban. Con todo esto encima de la mesa, desde el despacho le reclaman al expolítico un total de 6 millones de euros que, según el denunciado, se ha reducido ya a 1,3 millones porque "fue desestimada parte de la demanda". Pero todavía hay más, porque este aseguraba que tanto él como su ahora socio José Manuel Villegas han interpuesto una demanda por lo civil contra el bufete por presunto incumplimiento del contrato que habían firmado: "A nosotros nos deben dinero, han incumplido contratos, no se puso en marcha en consejo de administración, no nos dieron la acciones que nos habían prometido de la compañía... se incumplió todo lo del contrato. Eran 5 años de contrato y tuvimos que resolver a los 2 y había diferentes consideraciones económicas".
Unas serie de explicaciones que Albert Rivera respondió pormenorizadamente en plena Gran Vía madrileña ante diferentes medios. Tras esto, se despedía de los compañeros de prensa y emprendía su camino calle arriba hacia el despacho de la que ahora es su propia asesoría, RV+, pero a los reporteros les quedaban más preguntas en el tintero especialmente sobre su vida personal y todo lo que se estaba diciendo. Por ello, lo siguieron caminando mientras hacían las respectivas preguntas y automáticamente Rivera cambiaba de actitud con ellos y se ponía serio: "Hemos parado a hacer un canutazo, he atendido a todos los compañeros, he contestado seis o siete preguntas... me voy a una reunión de trabajo en mi despacho".
Una petición que no era escuchada por los reporteros que insistía en robarle un par de minutos más para aclarar esta cuestión. "¡Por favor! ¡Te lo pido por favor! Os he atendido un rato, tú estabas también ahí. Estoy trabajando. No me persigáis por la calle que estoy trabajando", decía todavía más serio y alterado Albert Rivera hasta conseguir deshacerse de todos ellos y seguir caminando por el centro de Madrid ante la atenta mirada de todos los viandantes.