María José Campanario y Jesulín de Ubrique se han convertido en padres de su tercer hijo en común, cuarto para el torero. El matrimonio daba la bienvenida al pequeño el día 7 de junio y nacía a través de cesárea pesando 3.100 kilos. Todo salió muy bien y la familia está muy feliz por la llegada el nuevo miembro, del que se ha sabido que le han puesto el nombre de Hugo.
Sin duda alguna, el embarazo y nacimiento de este bebé ha sido una sorpresa para todos, pues la odontóloga ya no contaba con tener más hijos y, sobre todo, al haberse visto afectada por la fibromialgia teniendo episodios bastante graves. Pues bien, el bebé ha llegado al mundo sano y salvo y ha llamado poderosamente la atención que no haya ido nadie de la familia a visitarlos.
La primera y única en acudir nada más conocerse el nacimiento ha sido Beatriz Trapote con uno de sus hijos, pero no ha sido hasta el día 10 de junio cuando se ha podido ver a Julia Janeiro, cuya ausencia ha sido de lo más comentada. La hija mayor de María José Campanario no estuvo en el parto ni acudió poco después a ver a su madre porque se encontraba en Madrid sacándose el carnet de conducir.
Malos modos
Es cierto que esta información llamaba bastante la atención, pues se sabía perfectamente cuál iba a ser la fecha aproximada del nacimiento como para poner justo en estas fechas el examen del carnet de conducir. Julia Janeiro se ha hecho de rogar pero ha llegado y lo ha hecho dando de qué hablar. La joven aparecía por la puerta principal del hospital junto a su novio, Tommy Rossy, y cargada con ropa que parecía ser para su madre.
Lo que más ha desconcertado ha sido la mala actitud que han tenido ambos con la prensa que esperaba noticias del nacimiento. Julia Janeiro ni siquiera saludaba a los medios allí apostados y pasaba de largo sin ni siquiera agradecer las felicitaciones por haber sido hermana de nuevo. Por si fuera poco, una reportera de 'El programa de AR' ha revelado que el futbolista ha llegado a empujar ligeramente a una compañera de televisión con tal de pasar sin decir ni una palabra.