Tana Rivera sufre un nuevo percance en su salud. La joven apareció escayolada en el Open de Tenis de Madrid y se marchó a hombros de un amigo de la familia.
Tana Rivera no está viviendo uno de sus mejores momentos. La hija de Eugenia Martínez de Irujo ha vuelto a sufrir un nuevo percance que le ha llevado a presentarse junto a su madre con la pierna escayolada al Open de Tenis de Madrid el pasado 9 de Mayo. Tana Rivera parece haber cambiado el traje de flamenca que lucía hace unos días en la Feria de Abril por un par de muletas. Aparentemente, la joven tiene un tobillo dislocado que hará que este durante varias semanas con la pierna enyesada.
Pero este no es el primer susto que Tana Rivera da a su familia. En los últimos meses ha tenido que ser ingresada hasta en dos ocasiones en un centro hospitalario. El último de ellos se produjo tras un desmayo y la obligó a permanecer en el hospital varios días. Por suerte para todos, solo se trató de un bache que no revestía de mayor gravedad por lo que la joven pudo ser dada de alta y continuar con su vida. Anteriormente también fue ingresada por un fuerte dolor en la tripa, donde días después se la pudo ver molesta y con gasas, seguramente tapando alguna herida.
"Tana se encuentra perfectamente. No hay que alarmarse. Está ahora conmigo y con su vida habitual", confirmaba Eugenia Martínez de Irujo al ser preguntada por los continuos ingresos en el hospital de su hija. "Está fenomenal, ha estado en Sevilla en Semana Santa, luego se ha ido fuera... no es nada importante, no hay que alarmarse", confirmaba a su vez Lourdes Montes, la esposa de Fran Rivera, padre de Tana.
Tana Rivera, gran fan de Rafa Nadal
A pesar de las circunstancias, Tana Rivera no pudo dejar pasar la oportunidad de apoyar a Rafa Nadal. Aficionada al tenis, la joven fue vista compartiendo sonrisas y confidencias con Narcís Rebollo, la actual pareja de Eugenia Martínez de Irujo, bajo la atenta mirada de esta última a la que se le ve feliz de que tanto su marido como su hija se lleven tan bien. También les acompañaba Vicente Dalmau, conde de Creixell y amigo de la familia, el cual se encargó de transportar a Tana Rivera de un sitio para otro portándola en su espalda.