La influencer ha contado algunas cosas a las que se ha tenido que enfrentar a lo largo de su carrera profesional.
Tamara Gorro está disfrutando de unos días de descanso junto a su marido, Ezequiel Garay, en la isla pitiusa de Ibiza. En esta ocasión ha decidido quedarse en España para disfrutar de una escapada romántica sin sus dos hijos y en uno de esos ratitos de descanso ha aprovechado para compartir una reflexión a través de sus red sociales hablando de algunas de sus vivencias en el terreno profesional.
Vestida con bikini, se ha grabado un vídeo y ha comenzado a hablar sobre la idea de perfección que muchas famosas se empeñan en transmitir a través de tanto sus redes sociales como de revistas. "Las ves elegantes, guapas, con la cara perfecta... y luego te ves tú con estos pelos, estos granos y dices: '¿y yo dónde quedo?'", ha dicho con mucho sentido del humor. El mensaje de Tamara Gorro ha ido cargado de mucho amor propio y es que ha asegurado que la elegancia se encuentra en el interior: "Te gusta verte guapa y por eso te maquillas y te vistes, pero eso no quiere decir que seas menos elegante. La perfección no está en la ropa ni en la cara. La elegancia va en lo que uno trasmite".
Cabe recordar que ella es una persona bastante activa en las redes sociales y que ha ido ganando numerosos seguidores convirtiéndose en una de las influencers españolas más seguidas. Su naturalidad es más que evidente, pero tampoco hay que olvidar que vive de su imagen y ha querido hacer una revelación sobre sus vivencias profesionales del pasado. "Sé que me puede perjudicar pero bueno, no es nada malo y no me da ninguna vergüenza, es una realidad", ha comenzado diciendo. No ha encajado con algunas marcas
La influencer ha hecho saber que ha habido varias marcas o incluso personas que han llegado a decir: "Tamara no es de nuestro perfil", por lo que este es el motivo por el que ha sido rechazada en varias ocasiones. "Claro, la persona que no se mete en jaleos, la que no dice lo que piensa, la que siempre está perfecta y no enseña la realidad. Yo no quiero trabajar con este tipo de personas, ni ahora ni hace veinte años", ha dicho muy tajante. Por último, ha dejado esta reflexión: "No os dejéis guiar por lo que veáis, sino por lo que os transmitan esas personas".