Tamara Gorro no puede estar más ilusionada después de haber abierto una oficina en el centro de Madrid, lugar en el que se ubicarán sus dos productoras y su promora. Este espacio se ha convertido en un sueño hecho realidad, y ha sido desde allí donde ha hablado sobre su trayectoria con la revista Diez Minutos.
La televisiva no puede estar más feliz por todo lo que ha conseguido, sin embargo, ha dejado claro que su camino no ha sido fácil y que en muchas ocasiones se ha sentido juzgada. "Yo soy tal cual me ves, pero te casas con un futbolista y ya está: le tienes que querer por su dinero y no quieres dar palo al agua. Yo no soy así. Yo no puedo estar parada. Yo encerraba a la gente que usa la palabra "braguetazo". Yo he llegado a trabajar gratis hace años para demostrar que podía hacerlo".
Debido a todas las críticas que ha recibido durante muchos años no ha parado de trabajar, y ahora ha contado que está centrada en su cuarto libro. Por otro lado, también ha hablado de sus planes familiares, revelando cómo se les truncó a ella y a Ezequiel Garay el proceso de adopción que habían iniciado en Uganda.
Unos planes truncados
"Sí, hace tres años íbamos a recoger a un niño en Uganda. Mi hija ya conocía a Dylan por fotos", ha comenzado diciendo, para contar lo que les ocurrió más adelante: "Primero nos cambiaron la fecha, luego los test psicológicos, el siguiente paso era el de elegir el sexo. A mí me daba igual, yo lo único que quería es que fuese un niño necesitado de amor. Y nos mandaron la foto de Dylan. En ese momento, ya se lo contamos a nuestra familia".
La cosa se complicó cuando les llamó su abogado: "Nos llamó para decirnos que teníamos que pagar de 60.000 a 70.000 euros ", ha dicho bastante dolida, y decidieron no seguir adelante: "En ese momento Eze y yo nos miramos y decidimos que no íbamos a comprar un niño ", ha dicho contundente, por lo que decidieron paralizar el proceso porque no veían que estuviese siendo claro, sino que intuyeron que se trataba de una manera de enriquecerse a costa de los niños que daban en adopción, por eso no quisieron contribuir.