Cuando Tamara Gorro desaparece varias horas, y mucho más más de un día, de las redes sociales saltan todas las alarmas. La influencer cuida mucho a su 'familia virtual' y por eso siempre les cuenta todos sus pasos. De ahí la preocupación cuando no publicó nada de repente. Fue su marido Ezequiel Garay el que informó, de forma muy breve, que su mujer había tenido que ser operada de urgencia y necesitaba unos días de descanso absoluto para recuperarse de la intervención.
Fue ella misma la que, a través de un vídeo desde la cama de su casa tras recibir el alta hospitalaria, contó que tuvo que acudir en varias ocasiones al médico por unos dolores puntuales pero fuertes que provenían de los ovarios. Tras la exploración detectaron un quiste que creció un poco en pocos días y que estaba "secuestrando" al ovario, por lo que decidieron intervenir de un día para otro.
Tamara Gorro explicó que en la operación, que se realizó por laparoscopia, le limpiaron toda la zona, extirparon el tumor y recolocaron el ovario, saliendo según lo previsto. No obstante, ese tejido tenía que ser analizado para determinar si se trataba de un tumor benigno o tenía un diagnóstico peor. Ella aseguró estar "nerviosa" pero no preocupada porque " todo va a estar perfectamente ".
Tamara Gorro: "Ahora respiro con tranquilidad"
Y así ha sido. La empresaria acudía el jueves 29 de octubre a la revisión médica y en la que iba a conocer los resultados de la biopsia, recibiendo la mejor de las noticias: " 'Felicidades Tamara, todo está bien, es un tumor benigno'. Esta frase de mi doctor probablemente sea de las que más recuerde en mi vida. Reconozco que estos días he pasado por una montaña de sentimientos. La positividad abarcaba la gran parte, pero entre ellos inevitablemente aparecía la inquietud y duda. Ahora respiro con tranquilidad", ha escrito.
Una publicación en la que aparece muy feliz y sonriente, explicando, como dijo al explicar su operación, que no tenía "miedo", "pero sí lo sentí cuando me comunicaban que entraba a quirófano de un día para otro por un quiste, sin saber qué íbamos a encontrar. Soy de las personas que valora cada segundo de vida, pero como en todo, hay que mirar la parte bonita y yo por supuesto que lo haré. Por lo tanto, capítulo no olvidado, pero sí cerrado ".