Tamara Gorro se ha enfrentado a lo largo de su vida a situaciones muy duras, pero una de las más dolorosas para ella había sido un auténtico secreto, hasta que decisión abrirse en las páginas de 'Cuando el corazón llora', siendo una auténtica liberación para ella haber contado que fue víctima de abusos sexuales en un campamento, cuando era una niña. Este terrible episodio tiene que ver con su enfermedad, ya que sufre una depresión desde hace más de dos años.
La empresaria contó en su libro que era una niña de nueve años con muchas ganas de ir a un campamento por primera vez y fue su madre la encargada de buscar un lugar de confianza. Fue ahí donde conoció al padre del dueño del campamento que tenía un perro de la raza Pastor alemán. "Era amable, le conocíamos todos. Se acercó al lavado en el que yo estaba apoyada y me preguntó que, como no estaba lavando ropa, si me quería ir con él a pasear al perro. Yo emocionada le dije que sí, su perro me encantaba", ha contado.
Fue durante dicho paseo cuando abusó de ella. "Él se acercó a mí, me cogió con las manos por los dos mofletes, comenzó a presionar mi cara y luego me la acercó hacia su boca. Yo no pestañeaba, vi que sus ojos se cerraban y que su boca se abría, sentí como su lengua entraba en mi boca. Una de sus manos comenzó a bajar por mi cuerpo, pasando mi pecho y llegando hasta mis partes, y ahí apretó fuerte. Yo sentía que mi cuerpo estaba muy tenso, no podía moverme, me quedé inmóvil. Él hacía fuerza hacia mí, como con la intención de tumbarme en el suelo, yo empujaba a la contra y le golpeé con la rodilla, creo que en su tripa".
Y sacarlo a la luz fue una manera de liberarse de un increíble peso. Ahora y dejando a un lado dicho episodio ha cumplido un nuevo sueño, convirtiéndose en la pregonera de las fiestas de Móstoles, su pueblo. En sus redes sociales ha compartido un vídeo y varias fotos de dicho momento, y después pudo hablar con la prensa, haciendo unas confesiones sobre su episodio de abuso.
Que desaparezca el mal
Lo cierto es que ha contado que no sabía la repercusión que su historia iba a tener: "No soy consciente. Yo lo digo y lo diré, ese libro lo escribí para sentirme libre. No sé si ha habido una gran magnitud. Yo lo creo y considero es que no tenemos que avergonzarnos de nada, que no hay un tema tabú. Todos padecemos, no lo mismo, pero sí cosas de diferente manera", y cuando le han preguntado si ha perdonado a dicho hombre, ha contestado: "Espero que esté muerto. Ya está. A día de hoy no me cuesta relatarlo, pero no es algo que hablaría así. Cuando digo que espero que esté muerto, también espero que la gente que abusa de niños, asesinos, ladrones, gente que hace el mal, no los quiero en esta vida. Ya sabéis que soy muy sincera".