El cambio físico que ha llevado a cabo Tamara Falcó tras la enfermedad de tiroides que le diagnosticaron el pasado año ha sido logrado gracias a un esfuerzo por parte de la hija de Isabel Preysler y al apoyo que ha recibido la joven por parte de familiares y amigos durante todo el proceso que ha llevado a cabo.
Su madre ha querido ser su mayor energía durante esta etapa, queriendo hacerle un regalo especial: su entrenador personal. Falcó quiso declarar al portal Informalia cómo recibió ese regalo: "Antes de diagnosticarme el problema de tiroides, mi madre estaba muy preocupada por mi sobrepeso. Me regaló por mi cumpleaños a su entrenador personal, y yo le dije: "Genial mami, pues que venga a verme tres días a la semana", y ella me dijo: " No sé si tres días van a ser suficientes ".
"Además de la medicación y la dieta, el ejercicio y mi estado anímico están siendo fundamentales ", quiso comentar la joven. Sobre todo el proceso vivido quiso comentar: "Todos mis hermanos me están apoyando mucho y mi madre está muy impaciente porque me recupere de una vez. Reducir el estrés me ha ayudado mucho a cuidarme y mimar mi vida personal. También me ha ayudado la oración como meditación, los sacramentos y haber peregrinado a Lourdes ".
También ha querido aprovechar para defenderse de todos aquellos que la consideran una niña pija: " Los que dicen que soy una pija deberían analizarse a sí mismos. ¿Que puedo pasarme tres horas eligiendo un tono de color de crema? ¡Sí, es cierto! Y la gente dirá que cómo es posible. La verdad es que no lo sé, yo me enfrasco en mi mundo y directamente ocurre ".
Su madre, su referente
Sobre Isabel Presyler solo ha tenido palabras de admiración: " Ella es todo lo que admiro en una mujer. Mi hermana Ana y yo solemos decir que mi madre es la mejor publicidad para nuestros novios: no os preocupéis chicos, cuando seamos mayores, estaremos así de bien como ella ", decía la joven entre risas.
Sobre cómo vive el presente quiso comentar: " Estoy en un momento muy feliz, tengo una vida plena. Viajo, quiero mucho a mi familia, y disfruto de mis amigos, pero también prefiero estar sola que mal acompañada. Solo quiero pensar que mi marido está por llegar ". Sobre las fiestas quiso confesar que "aunque la comida sea un asco y la música un desastre, si tienes buenos invitados, te van a decir que has dado una fiesta maravillosa".